Un grupo de investigadores del Hospital Clínic y del IDIBAPS han liderado un estudio que define con mayor precisión el riesgo de desarrollar cáncer de colon en pacientes con poliposis serrada, un síndrome en el que los pólipos colorrectales tienen una morfología dentada característica. Los pólipos serrados del colon son un grupo de lesiones que tiene el potencial de transformarse en cáncer colorrectal (CCR) a través de lo que se conoce como la vía serrada de la carcinogénesis, por la que se desarrollan hasta un 30% de los tumores.
Hasta ahora este riesgo no había sido cuantificado de forma precisa y no se han descrito factores que se asocien a un mayor riesgo de desarrollar una lesión maligna. Dado que la poliposis serrada puede predisponer al CCR, los pacientes y sus familiares requieren de seguimiento en unidades de alto riesgo de cáncer colorrectal.
En el trabajo, publicado en la revista Gut, se han incluido 296 pacientes de 18 hospitales españoles a los que se les ha hecho un seguimiento medio de 45 meses. Cerca de un 16% de los pacientes con poliposis serrada fueron diagnosticados de CCR. Los investigadores han demostrado que, a pesar de que existe una predisposición a desarrollar cáncer, el riesgo es menor de lo que se había publicado en estudios previos.
«Hasta ahora a los pacientes con poliposis serrada se les recomendaba una colonoscopia de seguimiento cada año, prueba que quizás se puede espaciar más en función de si el riesgo que presentan es menor», explica Francesc Balaguer, responsable de la Clínica de Alto Riesgo de Cáncer Colorrectal del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del equipo Oncología gastrointestinal y pancreática del IDIBAPS.
Por otro lado, los autores han determinado que el riesgo de presentar CCR durante el seguimiento con colonoscopias es muy bajo (2% en un periodo de 5 años). «Con esta redefinición del riesgo podemos optimizar el uso de recursos endoscópicos al requerir una vigilancia menos intensiva», añade.
Este estudio también establece que factores como la localización de las lesiones, la presencia de displasia o el número de pólipos tiene un efecto sinérgico sobre este riesgo de CCR. «Esto nos permite estratificar a los pacientes en función del riesgo y ofrecerles un protocolo de seguimiento más adecuado y un tratamiento óptimo», concluye, por su parte, Sabela Carballal, primera autora y especialista del Servicio de Gastroenterología del Clínic.
septiembre 30/ 2015 (JANO)