julio 2015 Archivos

Cada año se realizan en Europa más de medio millón de fecundaciones «In vitro» (FIV), de las que finalmente se logran 100 000 nacimientos. Las tasas de éxito de los tratamientos se sitúan en torno al 30-35 % en todo el mundo. Estas reducidas cifras se deben principalmente a que entre un 50 y un 80 % de los embriones presentan anomalías genéticas. Científicos de la empresa valenciana Igenomix y de las universidades de Stanford y Oregón (Estados Unidos) han descubierto que es posible saber si un embrión va a ser cromosómicamente normal en las 30 primeras horas tras la unión de los núcleos de un óvulo y un espermatozoide.

El trabajo, publicado en «Nature Communications», muestra que la expresión de 12 genes -que controlan los movimientos de los cromosomas- es capaz de predecir la normalidad cromosómica de un embrión con más de un 85 % de confianza. Gracias a este avance, médicos y embriólogos podrán identificar más rápidamente qué embriones están sanos y son mejores candidatos para ser implantados. Además, este análisis temprano reduciría significativamente el tiempo de cultivo del embrión, ya que en la actual rutina clínica no son transferidos hasta el día 3 o 5 tras la fecundación.

El estudio se ha realizado a partir de 117 cigotos procedentes de parejas con una edad materna media de 33,7 años. Los investigadores analizaron la dotación cromosómica, la expresión génica y el video «time-lapse» para obtener de manera simultánea una visión completa de la viabilidad y normalidad del embrión humano.

Metodología
Según ha explicado a Diario Médico Carlos Simón, director científico de Igenomix y del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y coautor del estudio, «el cultivo de embriones se realizó en placas de Petri marcadas de forma alfanumérica para permitir el seguimiento del embrión durante el video «time-lapse». Posteriormente, se retiraron en diferentes momentos hasta aproximadamente la etapa de ocho células, teniendo en cuenta que el número de células varía dependiendo del tipo de división: de una a dos, de una a tres o de una a cuatro. Los embriones fueron disgregados/divididos en células individuales y la mitad de las células de cada embrión se analizó mediante aCGH, para determinar el estado de ploidía, y la otra mitad mediante RT-qPCR para estudiar la expresión génica». También se generaron videos «time-lapse» de cada embrión para «analizarlos con parámetros cinéticos».

A través de esta labor, se ha comprobado que «los niveles de expresión de únicamente 12 genes (BUB1, BUB3, CASP2, CDK7, CTNNB1, E2F1, GADD45A, ,GAPDH PTTG1, TP53, TSC2 y YBX2) son capaces de predecir si un embrión es cromosómicamente normal o anormal con más de un 85 % de confianza», ha apuntado María Vera, de Igenomix e investigadora visitante en la Universidad de Stanford.

Además, otro de los principales resultados del estudio fue la detección de diferencias en la duración de la primera fase mitótica del embrión, que resulta crucial para un correcto reparto del ADN de manera equitativa. «Hemos encontrado que este ciclo celular es en promedio 24 minutos más largo en aquellos embriones que presentan anomalías cromosómicas», ha apuntado Simón.
julio 22/2015 (Diario Médico)

El consumo de alcohol se duplicó entre los hombres y casi se triplicó entre las mujeres en el continente americano durante los últimos cinco años, alertó recientemente la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La advertencia está contenida en el Primer Informe sobre la Situación Regional del Consumo de Alcohol y la Salud en las Américas.

La OPS «aboga por medidas para limitar la disponibilidad, restringir la comercialización y aumentar los precios con mayores impuestos», resaltó la organización sanitaria.

«En cinco años aumentó el consumo nocivo de alcohol en la región y el porcentaje de bebedores que tienen consumos episódicos fuertes de alcohol pasó de casi el 18 al 30 % entre los hombres y del 4,6 al 13 % entre las mujeres», precisó el informe.

«Las mujeres beben cada vez más, en muchos países casi tanto como los hombres. La ‘igualdad’ en el consumo, sin embargo, conlleva más desigualdad entre los sexos en las consecuencias para la salud», comparó el informe.

Se considera «episódicos fuertes» el consumo de cuatro o cinco bebidas alcohólicas al menos en una ocasión en los últimos 30 días.

«En la región, uno de cada cinco bebedores (22 %) practica episodios de consumo alcohólico excesivo, un porcentaje superior al promedio global (16 %)», alertó la entidad.

Paraguay, Saint Kitts y Nevis, Dominica, Venezuela y Trinidad y Tobago tienen las tasas más altas de consumo nocivo de alcohol de la región.

«La dimensión del problema se agranda cuando se tiene en cuenta que el 10 % de los consumidores de alcohol ingiere, en promedio, más del 40 % del total del alcohol que se consume en las Américas, región donde su consumo es, en promedio, el segundo más alto per cápita de todas las regiones, después de Europa», comparó el informe.

En las Américas, las personas consumen un promedio de 8,4 litros de alcohol puro por año, 2,5 litros menos que en Europa pero 2,2 litros más que el promedio mundial.

La OPS estimó que alrededor del 6 % de los habitantes de la región padecen algún trastorno relacionado con el consumo de alcohol.

«El aumento en el consumo problemático de alcohol puede adjudicarse a la alta disponibilidad del alcohol en los países de nuestra región, su bajo precio y la gran promoción y publicidad de estas bebidas», afirmó Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la OPS.

En las Américas, el uso nocivo de alcohol contribuyó con la muerte de alrededor de 300 000 personas en 2012 -según las estadísticas de la OPS- de las cuales, más de 80 000 no habrían fallecido si no hubiese intermediado el alcohol.

El consumo de alcohol contribuye con más de 200 enfermedades y lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer.

También provoca que las personas sean más susceptibles y menos adherentes al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y la tuberculosis, y es, además, el principal factor de riesgo de muerte en adolescentes.

«La región de las Américas tiene una larga tradición de producción y consumo de alcohol por la cual ha pagado un alto costo en salud, recursos financieros y productividad», aseveró Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS.

«Este costo seguirá aumentando si no se adoptan de inmediato medidas eficaces para promover, proteger y mejorar la salud y el bienestar de todos sus ciudadanos por encima de los intereses comerciales», completó.

Entre estas medidas recomendadas por la OPS figuran el aumento de los impuestos al alcohol, la imposición de una edad mínima para la compra y venta, y para el consumo de bebidas alcohólicas, restricciones en los horarios y locales de venta, y la regulación de su comercialización.

«Sin embargo, muchos países todavía no han tomado algunas de ellas» y siete países «no restringen la venta de alcohol a menores de 18 años», lamentó la OPS.

Además, «casi el 70 % de los países de la región no tiene reglamentada la propaganda de bebidas alcohólicas o solo tiene códigos reglamentarios elaborados por la propia industria», advirtió el informe.

Paraguay, Belice, Antigua y Guatemala son los cuatro países americanos que no aplican ningún impuesto al consumo de alcohol.

Por el contrario, solo nueve países, Panamá, Argentina, Bahamas, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Uruguay y Venezuela, tienen impuestos al alcohol de acuerdo con la cantidad que contiene cada bebida y que se ajustan en función de la inflación, completó el informe.
julio 23/2015  (ANSA)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2015 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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