La estimación, hecha por primera vez, fue dada a conocer por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) para poner de manifiesto la amenaza creciente de los gérmenes que son difíciles de tratar debido a que se han tornado resistentes a los fármacos.
Al calcular la cantidad de víctimas se envía «un mensaje muy poderoso», dijo la Dra. Helen Boucher, investigadora de la Universidad Tufts y vocera de la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas. «Estamos frente a una catástrofe».
Antibióticos como la penicilina y la estreptomicina han estado disponibles para el público general desde la década de los 40, y actualmente docenas de ellos se usan para eliminar o controlar las bacterias responsables de enfermedades que van desde la infección de garganta hasta la peste. Se les considera uno de los mayores progresos en la historia de la medicina y han salvado incontables vidas.
Pero después de algunas décadas, algunos antibióticos han dejado de dar resultado contra bacterias que antes solían neutralizar. Los expertos explican que el uso excesivo o el mal uso han contribuido a restarles efectividad.
En un nuevo informe, los Centros enumeraron 17 bacterias resistentes a los fármacos que son la mayor causa de preocupación.
El resultado es que cada año más de dos millones de personas contraen infecciones serias y por lo menos 23 000 de ellas mueren.
De estas, la infección conocida como MRSA, o estafilococo áureo resistente a meticilina, causa la muerte a unos 11 000 pacientes por año, mientras una nueva superbacteria ocasiona muerte a 600. Esta resiste el tratamiento con antibióticos llamados carbapenemas, considerados una de las últimas líneas de defensa contra microbios resistentes a los fármacos.
La resistencia de estos organismos ha llevado a las autoridades de salud a advertir que si la situación se agrava, podría haber médicos que se resistan a hacer cirugías o atender a enfermos de cáncer ante el temor de que los antibióticos no protejan de infecciones a sus pacientes.
«Si no tenemos cuidado, el botiquín estará vacío» cuando los médicos necesiten fármacos para combatir infecciones, advirtió el doctor Tom Frieden, director de los Centros.
septiembre 18/2013 (PL)
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