2012 Archives

Se exponen las categorías de Fotoeducación y Fotoprotección para la prevención del cáncer de piel, así como las diferentes categorías de las lesiones precancerosas de la piel y se indican en cada caso los cánceres a que dan origen. Se analizan las acciones de salud para la prevención de los tumores malignos de la piel. Se preconiza sobre el concepto de autoexamen de piel.

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Coriodermina Jalea: fortaleza, concentración o dosis por unidad posológica

DrC. Gabriel Coto Valdés

A dieciséis lotes de Coriodermina Jalea, medicamento empleado en el tratamiento de la psoriasis, se les determinó el contenido (mg/kg.) de ácidos grasos de cadena larga libres (AGCLL), mediante Cromatografía Gaseosa-Espectrómetro de Masa, los AGCLL determinados fueron: ácido palmitoléico (2,88), ácido palmítico (52,36), ácido linoléico (20,15), ácido oleico (30,91), ácido esteárico (16,04), ácido araquidónico (19,30) y ácido eicosatrienoico (8,11). Se estimó según el porcentaje de área dañada calculada, la dosis por unidad posológica que se debe aplicar a un paciente.

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S.-H. Seo, H.-W. Sung
J Eur Acad Dermatol Venereol. 2012 May; 26(5):634-8.

Los queloides y las cicatrices hipertróficas (HTS) se forman cuando se deposita tejido excesivo más allá de los límites de la herida.  Generalmente los problemas son estéticos, además de ser pruriginosos, dolorosos y ocasionan estrés psicológico.  Aunque son entidades separadas, fisiológicamente los queloides y HTS se caracterizan por el depósito excesivo de colágeno en la dermis y tejido subcutáneo.

Se entiende poco el proceso por el cuál se desarrollan los queloides y HTS.  Sin embargo, se sabe que se inducen por alguna forma de trauma cutáneo (infección de heridas, y reacciones por cuerpo extraño) que ocurren en individuos predispuestos (predisposición genética, pubertad, individuos de raza oscura y menopausia).

El tratamiento exitoso de los queloides y de las HTS continúa siendo un desafío.  Aunque están disponibles varias opciones terapéuticas, con diferentes grados de éxito, todavía no se han identificado modalidades de tratamiento óptimas.  El tratamiento a utilizarse depende si están presentes contracturas en la cicatriz y si los queloides son pequeños y simples o grandes y múltiples.

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Dres. Stefania Alfani, Valeria Antinone, Aurelia Mozzeta , Cristina Di Pietro, Cinzia Mazzanti, Piero Stela, Desanka Raskovich Y Damiano Abeni.
Acta Derm Venereol 2012; 92: 304-306.

Se piensa que la alopecia areata (AA) es una enfermedad autoinmunitaria órgano específica con predisposición genética y un desencadenante ambiental.

Eventos emocionales o estresantes se mencionan como posibles causas de inicio y exacerbación de la enfermedad.

Varios estudios focalizaron en la personalidad de pacientes con AA con tendencia a enfermedades psicopatológicas, como depresión, ansiedad, fobia social, paranoia, al compararlos con la población general, y se observó morbilidad psicológica entre los diagnósticos cutáneos, con una alta prevalencia en los pacientes con alopecia.

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Dres. Ryan R Riahi, Philip R Cohen.
Dermatology Online Journal 18 (6): 5
  
 Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la exposición al calor puede inducir daño en los vasos sanguíneos superficiales, ocasionando dilatación y depósitos de hemosiderina con una distribución reticulada.  Las lesiones pueden ser inicialmente evanescentes, con eritema que luego se oscurece.

Con la exposición crónica al calor, las lesiones de eritema ab igne pueden hacerse atróficas, hiperpigmentadas, o ulceradas con escamas y telangiectasias.  Las lesiones son típicamente asintomáticas.  Sin embargo, se ha reportado quemazón y prurito en algunos individuos.

El eritema ab igne es causado por exposición a radiación térmica prolongada insuficiente para causar quemadura.  Anteriormente, las lesiones se desarrollaban en piernas de individuos que trabajaban cerca de estufas de carbón.  Más recientemente, las lesiones se desarrollan en brazos y cara de cocineras expuestas a estufas, tronco o miembros de pacientes en unidades intensivas que usan mantas calefactores y en piernas de personas ancianas que se sientan cerca de chimeneas o radiadores por periodos de tiempo prolongados.

 
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By Kerry Grens

 
NEW YORK (Reuters Health) Sep 12 – Parents are not any more likely to comply with safer sun practices when their kids’ pediatricians offer extensive counseling and information, a new study suggests.

 
Another problem the study found: Kids who exercised were twice as likely to suffer sunburns. That wasn’t surprising, but it concerned the authors because the doctors’ offices’ brochures about exercise were separate from those about sun protection and avoiding rays between 10 a.m. and 4 p.m. – meaning some kids might get one message, but not the other.
 

«Physicians are in the habit of writing prescriptions and advising how to use the medication. It is a huge step for physicians to take the step of engaging the parent/child in the decision to change behavior,» Dr. June Robinson, the senior author of the study, told Reuters Health by email.
 

It’s possible that the way pediatricians offer such counseling – more as a prescription rather than as a way to engage parents and find ways to change their behavior – led to the results, said Dr. Robinson, a dermatology professor at Northwestern University Feinberg School of Medicine.

 
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Dres. Kathy D. Tieu, Elizabeth K. Satter, M.P.H, Lisa Zaleski, y Matthew Koehler.
Pediatric Dermatology Vol. 29 No. 4 507–510, 2012

La candidiasis cutánea congénita (CCC) es una condición poco común causada por la exposición a Cándica spp por infección ascendente en útero más frecuente que por exposición perinatal.  Típicamente se presenta como una erupción cutánea difusa al nacer o en los primeros 6 días de vida.

Las lesiones se presentan como máculas eritematosas pequeñas, pápulas y pústulas, más comúnmente localizadas en tronco, superficies extensoras, y áreas intertriginosas pero tiende a respetar el área del pañal.

Las lesiones pustulosas pueden involucrar palmas y plantas.  Las uñas pueden estar afectadas, y se ha reportado el compromiso exclusivo del plato ungueal.  En general, la orofaringe no está involucrada.  En infantes prematuros, las áreas que simulan quemaduras presagian compromiso sistémico.

Se describen dos infantes de término y se comparan las presentaciones clínicas y resultados con la candidiasis neonatal y mucocutánea.

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Dres. A. Nanda, M. F. El-Kamel, E. M. Al-Oneizi, M. Al-Ajmi, E. M. Al-Enezi y J. P. Madda
Clinical and Experimental Dermatology, 37, 509-511.

La leucemia congénita (CL) se refiere a una leucemia que se presenta desde el nacimiento o se desarrolla en las primeras semanas de vida.  Excluyendo la mieloproliferación neonatal transitoria relacionada con el síndrome de Down, la incidencia de CL es menor del 1% de las leucemias de la niñez.  La leucemia cutis (LC) se caracteriza por infiltración de la piel por células hematopoyéticas malignas inmaduras, que se observan en el 30-50% de los pacientes con CL.  Clínicamente, los pacientes pueden desarrollar un rash con nódulos eritematosos azulados de tamaño variado con una distribución generalizada.  Rara vez están presentes otras lesiones que incluyen máculas, vesículo-pústulas y púrpura.  Las mucosas generalmente no están afectadas.  Los diagnósticos diferenciales incluyen infecciones congénitas incluyendo TORCH (toxoplasmosis, rubeola, citomegalovirus, herpes simple), sífilis congénita, histiocitosis de células de Langerhans, mastocitosis cutánea y enfermedades hematológicas.

La biopsia de piel se requiere para realizar el diagnóstico.  El pronóstico de la leucemia congénita es generalmente grave, pero el diagnóstico y tratamiento temprano puede mejorar el pronóstico.

Se reporta el caso de un neonato con leucemia cutis congénita, confirmándose como leucemia mieloide aguda congénita (AML) del tipo M2 con defecto cromosómico t (8; 21) (p11; q22), y fue tratado exitosamente con quimioterapia para leucemia mieloide.

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Dres. Retrouvey M, Koch LH, Williams JV.
Pediatr Dermatol. 2012 Sep;29(5):666-8.

En 1955, Gianotti y Crosti describieron una dermatosis pediátrica caracterizada por presentar pápulas color piel a eritematosas, llamada acrodermatitis papular de la infancia o Síndrome de Gianotti-Crosti (GSC).  El síndrome de Gianotti Crosti es más común en niños de 2 a 6 años, con pápulas que miden de 2 a 5 mm de diámetro y se distribuyen simétricamente en cara, glúteos y extremidades.  Las lesiones son típicamente no dolorosas y no pruriginosas y resuelven en 8 a 12 semanas.  Puede presentarse linfoadenopatía y hepatitis aguda anictérica.  Se ha reportado luego de infecciones virales y de vacuna.

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