La necrobiosis lipoídica diabeticorum (NLD) está asociada fuertemente con la diabetes, mientras que el granuloma anular (GA) ocurre más comúnmente en pacientes no diabéticos, particularmente en niños. Sin embargo, la similitud histológica de GA y NLD, y la rara ocurrencia de ambas NLD y GA en el mismo paciente diabético apoya la idea que el GA se asocia significativamente con DM. Ampliar…
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Dr. Ersoy-Evans S
J Am Acad Dermatol. 2010 Jun;62(6):942-4.
La activación inmune y la pérdida de la tolerancia a lo propio son las principales características de las enfermedades autoinmunes. Aunque todavía no se conocen con precisión los factores que intervienen en la autoinmunidad, la susceptibilidad genética y ciertos factores ambientales, por ejemplo el estado de la vitamina D, desempeñarían un papel decisivo en este sentido.
La deficiencia de vitamina D podría desencadenar o exacerbar las reacciones autoinmunes; el trabajo de Silverberg y col. reveló una concentración de vitamina D baja en los pacientes con vitiligo y con otros trastornos autoinmunes.
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Instructivo de aplicación del producto HEBERPROT-P
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnológica de Cuba ha publicado este folleto que explica resumidamente la forma de aplicación de este nuevo producto que favorece la cicatrización de las úlceras del pié diabético. El folleto además posee secciones que describen la historia, resultados preclínicos, resultados clínicos, publicaciones, patentes y preguntas frecuentes.
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Dres. Veronique Bataile, Esther de Vries.
BMJ, nov 2008.
La incidencia de melanoma ha aumentado en los últimos 30 años en la mayoría de las personas de piel blanca. El reconocimiento temprano del melanoma es una tarea importante para los profesionales de la salud. En éste articulo se examina la epidemiología genética del melanoma y las interacciones complejas entre la incidencia, mortalidad y sobrevida, también se discute sobre la prevención.
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Obesity and the Skin
A.R. Shipman; G.W.M. Millington
Obesity is a serious global health problem, perhaps the biggest public health issue of our times. Excess body weight may be a factor in carcinogenesis in general, as well as contributing to the pathogenesis of metabolic, cardiovascular and musculoskeletal disorders. Obesity also has many cutaneous features, which form the basis for this review article. Many of these clinical entities are common to the majority of obese patients, e.g. striae distensae, plantar hyperkeratosis and an increased risk of skin infections. However, it may also be associated with poor wound healing, malignant melanoma and an increased risk of inflammatory dermatoses, such as psoriasis, as well as some rarer disorders. Therapeutic interventions for obesity, whether over-the-counter, prescription medicines or surgical interventions, are increasingly commonplace. All of these treatment modalities potentially have dermatological side-effects too.
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Management of Psoriatic Arthritis From the View of the Dermatologist CME
Caroline A. Chang, MD; Alice B. Gottlieb, MD, PhD; Paul F. Lizzul, MD, PhD, MPH, MBA
Psoriatic arthritis (PsA) is an inflammatory seronegative spondyloarthropathy associated with psoriasis. Although the main assessment measures for PsA are borrowed from the standard criteria used to assess rheumatoid arthritis, a number of new criteria such as the PsAJAI and CPDAI are being developed specifically for PsA. Long-term consequences of untreated PsA include persistent inflammation, progressive joint damage and, in many cases, substantial functional limitations, pain and disability. Moreover, patients with PsA have an increased mortality risk and an increased risk of developing cardiovascular disease and metabolic syndrome. Both GRAPPA and the AAD have developed treatment guidelines, which are discussed here. Psoriasis commonly precedes arthritic symptoms; thus, dermatologists are ideally placed to make the initial diagnosis of PsA and treat it appropriately, affording the opportunity to slow disease progression, improve physical function and enhance quality of life. This Review explores the management of patients with PsA, with a particular emphasis on assessment tools, long-term consequences and treatment issues from the viewpoint of the dermatologist.
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Postherpetic Neuralgia in Patients With Acute Herpes Zoster
Graeme M. Lipper, MD
Postherpetic neuralgia (PHN) is a painful and often debilitating complication of acute herpes zoster virus infection that is characterized by intense neuropathic pain. Victims typically describe their pain as a relentless stabbing, throbbing, or burning that often keeps them awake at night. The disorder, thought to occur due to inflammatory nerve injury during infection, may last months to years and causes intractable pain and morbidity. Risk factors for developing PHN include older age (> 50 years), worse pain associated with the acute viral infection, extensive cutaneous involvement (eg, widespread blistering), and severe prodromal pain.[1] Acyclovir and its analogues (ie, valacyclovir, famciclovir) speed the resolution of herpetic skin lesions and acute pain while reducing viral shedding. However, it remains unclear whether these antiviral drugs reduce the true incidence or severity of PHN.[2-4] In contrast, the herpes zoster vaccine may decrease the incidence of PHN by up to 66.5%.[5]
Tricyclic antidepressants and the anticonvulsant drug gabapentin may reduce the pain of PHN, but few data exist to support their use during the acute phase of zoster to prevent PHN.[6,7] To address this important question, Lapolla and colleagues conducted an open-label study assessing the incidence of PHN after therapy with both valacyclovir and gabapentin (300 mg/day, titrated up to a maximum dose 1200 mg orally 3 times a day as tolerated). Investigators enrolled 133 patients with acute zoster who had moderate to severe pain (mean age, 64.6 years; 67% women, 82% non-Hispanic whites). All patients received both valacyclovir (1000 mg orally 3 times a day x 7 days) and gabapentin (300 mg/day, titrated upward weekly as tolerated to a maximum dose of 3600 mg divided 3 times a day) at the onset of acute zoster. Gabapentin was discontinued for patients who reported mild to no pain over 1 week.
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Aconsejan vacunación de adolescentes contra el virus del papiloma humano
Los varones de 11 y 12 años deben inmunizarse contra el virus del papiloma humano (VPH), recomiendan autoridades de salud estadounidenses.
Las vacunas contra esa enfermedad de transmisión sexual (ETS) pueden proteger a los hombres contra ciertos tipos de tumores, según diversos estudios citados por el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Además de quedar protegidos contra la ETS y el cáncer, las mujeres se beneficiarán de forma indirecta, porque la vacunación de los hombres también las protegerá de contraer esa infección, señalaron los expertos.
El Virus del Papiloma Humano es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, de la cual se conocen alrededor de 100 subtipos virales, que pueden tener un mayor o menor riesgo oncológico.
Algunos de esos virus pueden provocar verrugas o condilomas y otros aumentan el riesgo de cáncer cervical, vulva, vagina y ano entre las mujeres, así como de pene y ano entre los hombres.
Octubre 29/2011 Washington, (PL)
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Dres. Altman JF, Oliveria SA, Christos PJ, Halpern AC
Department of Medicine, Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New York, NY.
Arch Fam Med. 2000;9:1022-1027.
El cáncer de piel es el cáncer más cáncer más común. Se calcula que en Estados Unidos habría unos 47.700 nuevos casos de melanoma maligno y 7700 muertes por melanoma. El cáncer no melanoma tiene un potencial metastásico limitado pero se asocia con una morbilidad significativa, debido a la desfiguración y las cicatrices que quedan luego del tratamiento. No son cánceres cuya incidencia esté monitoreada, a diferencia de los cánceres basocelulares y escamosocelulares, los cuales aparecen a razón de 1 millón de casos nuevos por año, en Estados Unidos.
Para contrarrestar los costos y el continuo crecimiento de la incidencia, en la actualidad se enfatiza la prevención. Dada la localización cutánea superficial, es posible detectar al cáncer de piel en forma visual. Por eso, dicen los autores, son importantes tanto la prevención primaria como la secundaria. La prevención primaria consiste en minimizar la exposición al sol mientras que la prevención secundaria es la detección precoz del cáncer de piel, cuando todavía puede curarse con la sola extirpación. A pesar de la importancia de la atención primaria en la prevención y el diagnóstico del cáncer de piel, se ha demostrado que los médicos de esa área no suelen hacer el examen cutáneo completo. Pocos son los estudios sobre el screening del cáncer de piel, comparado con los de otros cánceres, posiblemente debido a su baja mortalidad, recomendaciones públicas sobre el screening contradictorias, inadecuado entrenamiento de los médicos para identificar el cáncer de piel, falta de tiempo e inadecuado reembolso para la medicina preventiva.
Las recomendaciones sobre el screening del cáncer de piel varían desde recomendaciones no formales, la recomendación del examen de la piel en los consultorios de atención primaria sin screening específico, hasta hacer un screening cada 3 años en las personas de 20 a 39 años y 1 vez por año, para todos los adultos. Estas recomendaciones contradictorias acerca de la utilidad del screening del cáncer de piel, dicen los autores, reflejan en el público optimismo por un lado pero dudas por el otro. Dado que el cáncer de piel es identificable por sí mismo pero no ha sido objeto de trabajos aleatorizados que evalúen el efecto del screening del cáncer de piel sobre la mortalidad, lo mejor para prevenir la mortalidad es el screening implícito potencial.
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La enfermedad de Fabry es una enfermedad genética extremadamente rara, se cree que afecta a 1/117.000 nacidos vivos, que se incluye dentro del grupo de enfermedades metabólicas hereditarias de depósito lisosomal.
Enfermedad de Fabry
Sinónimos:
Angioqueratoma Difuso
Ceramida Trihexosidasa, Déficit de
Alfa Galactosidasa A, Déficit de
Lipidosis Glucolipídica
Angioqueratoma Corporal Difuso
Anderson Fabry, Enfermedad de
Lipidosis Hereditaria Distópica
Descripción de la enfermedad:
http://iier.isciii.es/er/prg/er_bus2.asp?cod_enf=973
La enfermedad de Fabry es una enfermedad genética extremadamente rara, se cree que afecta a 1/117.000 nacidos vivos, que se incluye dentro del grupo de enfermedades metabólicas hereditarias de depósito lisosomal.
Esta enfermedad está causada por el déficit de alfa galactosidasa A (gal A) , presente en muchos tipos de células del organismo, implicada en la rotura de la globotriaosilceramida (Gb3).
En la enfermedad de Fabry, la enzima gal A esta parcial o totalmente inactiva. El resultado es que la Gb3 se acumula en las células del organismo y altera las funciones de diferentes órganos diana, siendo riñones, corazón, sistema nervioso y piel, los más afectados.
La tríada clínica característica que define la enfermedad de Fabry es neuropatía distal, dolorosa, angioqueratomas, e hipohidrosis.
Clínicamente el primer síntoma suele ser el dolor, en forma de crisis agudas y lacerantes de dolor abdominal difuso, refractario al tratamiento, que pueden duran 2 ó 3 semanas o incluso más y desaparecer bruscamente. Las crisis dolorosas pueden desencadenarse por fiebre, fatiga, ejercicio, estrés, o cambios de temperatura. Estas crisis son más comunes en la infancia y una vez que el paciente alcanza la edad adulta, dichas crisis pueden llegar a desaparecer, o por el contrario, el dolor puede agravarse a medida que pasan los años.