Editorial

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Complicaciones más frecuentes en 300 bloqueos peridurales lumbares

Dr. Juan Manuel Reyes-Galindo

Las complicaciones más frecuentes de bloqueo peridural son: hipotensión arterial (disminución de tensión arterial por más del 15% del basal), anestesia espinal alta, dolor de espalda, punción dural, retención urinaria, náuseas, lesión vascular o nerviosa, meningitis, absceso cerebral y toxicidad por absorción del anestésico

Es sabido que la cefalea postpunción meníngea es típicamente atribuida a pérdida de líquido cefalorraquídeo, pero Sumihisa A. menciona que la inyección de aire usado como parte de la prueba de pérdida de resistencia, también es causa de la cefalea cuando se utilizan grandes volúmenes de aire.

La anticipación y prevención de las complicaciones así como su diagnóstico temprano, son los factores más importantes en el reconocimiento de los riesgos de la anestesia regional.

Por lo anteriormente descrito el presente estudio se realiza con la finalidad de identificar las complicaciones más frecuentes en pacientes a quien se les realizó anestesia regional, bloqueo peridural, ya que esta técnica se realiza para un gran número de cirugías en este hospital

Revista Mexicana de Anestesiología

Vol. 28. No. 3 Julio-Septiembre 2005

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operacion1Evaluación preoperatoria del paciente con cardiopatía isquémica para intervenciones quirúrgicas no cardiácas.

Dr. Javier Espinaco Valdés.

Es un reto para el anestesiólogo reanimador, como parte de un equipo formado también por cirujanos y cardiólogos, el manejo perioperatorio del paciente cardiópata que se va a someter a cirugía no cardiaca.

Mucho se ha escrito al respecto y múltiples índices de predicción de riesgo  basados  en análisis  multivariados (1-3) se han publicado. Es nuestro objetivo con esta  revisión, hacer reflexionar al lector sobre análisis críticos recientemente publicados en relación a las recomendaciones propuestas por la American College of Cardiologist y la American Heart Association (ACC/AHA) 2002 (4) para la evaluación y manejo de enfermos del corazón que van a ser sometidos a operaciones no cardíacas y definir el papel del cardiólogo consultante como pilar importante para obtener un mejor resultado en el difícil manejo de estos enfermos.

Se definen como intervenciones quirúrgicas de alto riesgo aquellas que se asocian con un riesgo de desarrollar complicaciones perioperatorias (infarto del miocardio, insuficiencia cardíaca o muerte) de más de 5%. Un riesgo quirúrgico intermedio se asocia con procederes cuyo riesgo de desarrollar las complicaciones antes descritas es de  1 a 5 %.

Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación 2004; 2 (2): 45-53

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cirugiaIncidencia de infecciones en heridas quirúrgicas

La infección de la herida quirúrgica es la segunda causa de infección adquirida en la mayoría de los hospitales en el mundo. En Cuba, históricamente ha oscilado entre la segunda y la tercera localización infecciosa. Existen factores de tipo intrínseco y extrínseco implicados en la aparición de la infección y recientemente, al parecer, no existen investigaciones dirigidas a identificarlos y a orientar medidas preventivas. Con este objetivo se realizó una investigación descriptiva longitudinal en cuatro hospitales de La Habana. El universo estuvo constituido por la totalidad de pacientes ingresados en el servicio de cirugía general en los que se practicó una intervención quirúrgica mayor, electiva o urgente. Se realizó seguimiento de los pacientes en su domicilio hasta un mes posterior a la intervención quirúrgica. Las tasas de infección de la herida quirúrgica fueron superiores a las históricas de los hospitales y a las notificadas por estudios nacionales e internacionales. La mayor incidencia con respecto a factores intrínsecos estuvo relacionada con el estado nutricional de los pacientes obesos y la infección en un lugar remoto al sitio de la incisión quirúrgica. La falta de una adecuada programación quirúrgica y de la aplicación de técnicas quirúrgicas depuradas fueron, entre los factores extrínsecos, los que obtuvieron mayores tasas de incidencia. Este estudio deberá servir para valorar alternativas que permitan solucionar las deficiencias que aún persisten en el manejo, prevención y control de factores relacionados con la infección de la herida quirúrgica.

Rev Cubana Salud Pública v.33 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2007

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enfermedad-endocrinaAnestesia y enfermedades endocrinas
Los pacientes con enfermedades endocrinas asociadas o como diagnóstico quirúrgico constituyen un grupo de alto riesgo anestesiológico por diferentes razones, la primera porque estas enfermedades no son tan frecuentes como para mantener una experiencia continuada, con la excepción de la diabetes, el número de pacientes que un especialista tendrá oportunidad trabajar durante su vida útil puede ser de unos pocos casos, de manera que cada vez que se enfrente a uno es necesario actualizar la información para perfeccionar el plan perioperatorio.
Existe la posibilidad de que el paciente se presente de urgencia y no haya tiempo para revisar, en este caso se pone de relieve la importancia de refrescar con alguna frecuencia el enfoque clínico y la conducción perioperatoria de estos pacientes.
Por otro lado existen un número de pacientes con enfermedades endocrinas en desarrollo y cuyos síntomas se confunden con tristeza, depresión cansancio, ansiedad, “nerviosismo”, “presión baja” y otros muchos problemas de probable origen situacional o psíquico, agotamiento etc. y que no han sido estudiados apropiadamente. Un ejemplo de eso es la enfermedad de Addison que se compara con un témpano de hielo en el que solo 1/6 de los pacientes es conocido y cuyo diagnóstico se hace solo si se piensa en ello.
En esta actualización que coincide con el 4to aniversario de nuestra página WEB nos asomamos a este complejo problema anestesiológico.
Dr. Alberto Martínez Sardiñas

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aines1Antiinflamatorios no esteroideos. ¿Cuál elegir?
Los analgésicos con propiedades antipiréticas y  antiinflamatorias de carácter no esteroideo constituyen un  grupo de fármacos que cubren un número importante de indicaciones terapéuticas. No existe capítulo en toda la terapéutica farmacológica que ofrezca tal variedad de productos como el de ellos y durante años han sido los analgésicos a demanda por excelencia, los veteranos protagonistas de la analgesia controlada por el paciente, aunque este último concepto haya sido empleado más frecuentemente para los fármacos opioides.
A partir de la introducción de la aspirina hace más de 100 años y hasta la actualidad ya son más de 50 los AINEs disponibles, que, a pesar de poseer diferente estructura química, comparten su capacidad para inhibir la síntesis de prostaglandinas, de modo irreversible, como es el caso del ácido acetilsalicílico, o de forma reversible, como es el caso de los demás. Todos ellos inhiben la enzima ciclooxigenasa (COX) que convierte al ácido araquidónico en los endoperóxidos cíclicos PGG2 y PGH2, para inmediatamente dar forma a los eicosanoides prostaglandinas (PG) y tromboxanos
(TX) y es derivado de estas acciones que  se pretenden explicar los efectos farmacológicos comunes a todos estos fármacos, tanto los terapéuticos: la analgesia, la antipiresis, la acción antiinflamatoria y antiplaquetaria,  como los tóxicos gastrointestinales, renales, alérgicos, etc.
Dra. Yakelin Pérez Guirola

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sangrado-perioperatorioComplicaciones hemodinámicas en el posoperatorio inmediato relacionadas con la reposición de volumen intraoperatorio
Si se considera la importancia fisiológica de un estado de volumen plasmático óptimo, para la adecuada perfusión de los tejidos y las acciones diarias de los anestesiólogos para mantenerlo, surgen polémicas y preguntas acerca de qué pautas de reemplazo son más efectivas y conllevan menor riesgo en cuanto a, cantidad «generosas o restrictivas» y calidad «cristaloides o coloides». Además, las acciones terapéuticas muchas veces van encaminadas a reponer no solo el volumen perdido de sangre, sino también las pérdidas «insensibles» de líquidos; así pues, surgen nuevos dilemas de riesgo-beneficio.1-4
Las estrategias de administración de fluidos no deben ser basadas en fórmulas inflexibles; por el contrario, deben ser individualizadas. Existen factores a considerar como pueden ser el tipo de procedimiento quirúrgico, la duración del mismo, la comorbilidad preexistente y el rumbo probable que siguen los pacientes en el posoperatorio.2
Teóricamente las pérdidas deben reemplazarse con soluciones cristaloides o coloides para mantener el volumen intravascular, hasta que el peligro de anemia supere los riesgos de la transfusión.5,6
Dra. Rosa María Abad Hernández, Dr. Jorge Ernesto Ruiz Miranda, Dra. Gisela Pérez Martínez
Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación. Vol. 11 septiembre-diciembre 2012

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ahorro-sangre-gota-dibTécnicas de ahorro intraoperatorio de sangre
Se estima que más del 50% de todas las transfusiones sanguíneas se realizan en el periodo perioperatorio, por lo que el anestesiólogo juega un papel muy importante en la administración de esta terapéutica.
En el periodo intraoperatorio disponemos, por un lado, de medidas no farmacológicas como serían el mantenimiento de la normovolemia, la reposición óptima de fluidos, la posición adecuada del paciente, una hipotensión controlada, planificación de la intervención, revisión de los criterios de transfusión, el mantenimiento de una normotermia, o el empleo de técnicas quirúrgicas para minimizar las pérdidas:
pegamentos de fibrina, etc.
Por otro lado, disponemos de medidas farmacológicas, como serían la aprotinina, los antifibrinolíticos: ac. traxenámico y épsilon-aminocaproico, la desmopresina, los transportadores artificiales de oxígeno: soluciones de hemoglobinas y perfluorocarbonos, el Factor VII recombinante o los estrógenos conjugados.
Un tercer apartado incluiría la autotransfusión, en sus diferentes modalidades: hemodonación predepósito, hemodilución normovolémica aguda y los recuperadores de sangre intraoperatorios.
Autor: A. Becerra
Servicio de Anestesiología y Reanimación.  Hospital Universitario Infanta Cristina.
Badajoz.

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