La tortícolis muscular congénita provoca secuelas dentofaciales y psicológicas si no se diagnostica y trata a tiempo. El objetivo de este estudio es mostrar la evolución de un paciente portador de esta entidad tratado con masajes, ejercicios de estiramiento y ultrasonido terapéutico.
Setrata de un niño de 11 meses de edad producto de parto eutócico a término que desde su nacimiento presenta tortícolis y asimetría del rostro. La enfermedad se hizo más evidente a partir de los tres meses de edad, cuando comenzó a tener sostén cefálico. Fue atendido desde los seis meses en la consulta de neurodesarrollo del Hospital Infantil Sur «Antonio María Béguez César» de la ciudad de Santiago de Cuba.
A través de estudios imagenológicos se confirmó el diagnóstico de tortícolis muscular congénita asociada a asimetría facial y malformación de Chiari I. Se prescribió tratamiento conservador mediante fisioterapia.
A los 11 meses dio sus primeros pasos y emitió palabras acorde a su edad. Mejoró la movilidad del cuello y se hizo menos evidente la tortícolis. No mostró ninguna mejoría en cuanto a la asimetría facial.
Vea el caso completo:
Comparta su opinión con nosotros: