Pierre Janet (1859-1947)

Nacido el 30 de mayo de 1859 en París, P. Janet creció en Bourg-la-Reine. Su padre fue redactor del Código de jurisprudencia de Dalloz, pero el miembro importante de la familia fue el tío Paul, profesor de filosofía en la Sorbona, que desempeñó papel determinante en la vocación de su sobrino. En 1879, Janet consiguió ingresar en la Escuela Normal Superior (en la misma generación que Durckheim, un año después de Bergson).

Agregado de filosofía en 1882, enseñó durante algunos meses en el liceo de Châteauroux antes de ser nombrado, en febrero de 1883, para el del Havre. Permaneció allí hasta 1889 y, en busca de tema para su tesis de filosofía, visitó los servicios de los doctores Gibert y Powilewicz, donde conoció a sus primeras pacientes, Léonie, Marie-Rose y Lucie. El 30 de noviembre de 1885, relató sus primeras experiencias sobre la hipnosis y el sonambulismo en una nota que presentó su tío a la Sociedad de Psicología Fisiológica. Charcot presidió la sesión y descubrió el nombre de Pierre Janet.

El 21 de junio de 1889, Janet presentó su tesis de filosofía sobre el Automatisme psychelogique. Essai sur les formes inférieures de l’activité humaine. Nombrado en París, participó dos meses más tarde en el Primer Congreso internacional de Hipnotismo y en noviembre empezó sus estudios de medicina, asistiendo a los servicios de J. Falret, de Séglas, pero sobre todo de Charcot, quien creó para él el laboratorio de psicología experimental de la Salpêtrière y dirigió su tesis Contribution a l’étude des accidenta mentaux des hystériques, el 29 de julio de 1893. El 15 de agosto murió Charcot. Raymond, que lo sucedió, conservó en su puesto a Janet, pero al morir, en 1910, comenzaron las dificultades con Déjerine y el «laboratorio» encontró refugio en el servicio vecino de Nageotte, más interesado en la histología que en la psicología experimental. Sin embargo, Janet continuó enseñando filosofía en el Colegio Rollin, después en el Liceo Condorcet, que dejó en 1897 por la cátedra de psicología experimental de la Sorbona y finalmente por la de Théodule Ribot en el Colegio de Francia en el cual, gracias al apoyo de Bergson, lo prefirieron en 1902 a Binet. Se retiró en 1935, aunque siguió practicando la medicina y hasta 1942 dio consulta en el hospital Sainte-Anne. Muchos duelos familiares ensombrecieron sus últimos años y murió súbitamente en París, el 27 de febrero de 1947, habiendo repartido su existencia entre actividades múltiples de enseñanza y de investigación, de clientela y de giras de conferencias por el extranjero, en particular por el Nuevo Mundo, que recorrió en diversas ocasiones, de Boston a Buenos Aires y de Nueva York a México, sin omitir su pasión por la botánica y la recolección de especies raras destinadas a su herbario.

Fue en ocasión de sus primeros trabajos en El Havre sobre el sonambulismo y el hipnotismo cuando Janet elaboró la teoría del automatismo psicológico total o parcial, para explicar los comportamientos amnésicos que se observan en los estados de desdoblamiento de la personalidad, expresión de síntomas esencialmente histéricos, emanados de ideas fijas subconscientes, derivadas éstas a su vez, de acontecimientos vividos traumatizantes, de los que los «ataques» son la reproducción. Precisó sus ideas en 1892 en L’état mental des hystériques, les accidents mentaux, prologado por Charcot, al insistir en la noción de «campo de conciencia» y de su «estrechamiento» en los enfermos a causa de su debilidad psicológica.

Esta noción de debilidad psicológica lo llevó, desde 1901, al análisis descriptivo de la otra «gran neurosis», construida «según el modelo de la epilepsia y de la histeria», «la psicastenia» (término creado por él para sustituir el de neurastenia) y que fue objeto de una obra importante, Les obsessions et la psychasthénie, publicada en 1903. El déficit básico es aquí el de «la función de lo real» por abatimiento de la tensión psicológica que permite la aparición de ideas obsesionantes, cuyo carácter consciente se opone a las ideas fijas las subconscientes de la histeria.

A partir de 1909, Janet emprendió en el Colegio de Francia la síntesis de sus teorías, cuyo primer esbozo fue De l’angoisse à l’extase, aparecido en 1926. Sistema extremamente complejo, cuya infraestructura está representada por las tendencias constitutivas del espíritu (término que prefiere al de instintos para designar las «disposiciones a la acción»).

Los principios terapéuticos de Janet, expuestos en 1919 en Les médications psychologiques, y después, en 1923, en La médecine psychologique, se derivan de sus teorías energéticas: utilización de la sugestión y la hipnosis para buscar y modificar los recuerdos patógenos, balance de las economías psicológicas que permite hacer una elección entre las terapéuticas estimulantes o, por lo contrario, los métodos de economía a base de sueño y reposo.

No puede hablarse de Janet sin evocar su desacuerdo con Freud. En el Congreso internacional de Medicina de Londres, en 1913, Janet criticó severamente las doctrinas psicoanalíticas, en particular en lo que concierne al simbolismo de los sueños y el origen sexual de las neurosis, a la vez que reivindicaba, con un apasionamiento que no era habitual en él, la prioridad del descubrimiento del método catártico, que consideró el desarrollo natural de su propia teoría de las ideas fijas subconscientes. Cuando, veinticinco años más tarde, el yerno de Janet, Édouard Pichon, trató de organizar en Viena un encuentro entre los dos hombres, Freud se negó a recibir a su antiguo adversario.

Bibliografía: Girard (R.), «Pierre Janet, la psychopathologie et la psychothérapie des névroses», Confrontations psychiatriques, núm. II, 1973, 55-82.