En 1775 el cirujano inglés Percivall Pott (1713-1788) en un estudio sobre tumores de escroto en los jóvenes deshollinadores de chimeneas, logró demostrar que una sustancia química, en este caso restos de carbón no quemado en el hollín, después de un contacto prolongado con la piel, podía desarrollar cáncer. Debido al calor y al escaso espacio los jóvenes deshollinadores de chimeneas entraban desnudos en los conductos de humo. Leer más…