Hay una necesidad urgente de biomarcadores que permitan identificar y predecir las fases de actividad del lupus eritematoso sistémico (LES) para optimizar el manejo clínico de los pacientes.
De la centena de autoanticuerpos presentes en los pacientes con LES muy pocos son candidatos para biomarcadores de actividad clínica de la enfermedad y ninguno se ha establecido como criterio independiente para la toma de decisiones clínicas.
Identificar las recaídas del LES es más arte que ciencia. Recientemente se ha señalado que la correlación positiva entre los niveles de autoanticuerpos y la actividad del LES puede estar subvertida por la presencia de autoanticuerpos protectores que se oponen al daño hístico que producen los autoanticuerpos patogénicos.
Los anticuerpos anti-nucleosoma, anti-DNA de doble cadena y anti-C1q están asociados a la actividad de la enfermedad evaluada por varios sistemas de puntuación internacionales como el SLEDAI, ECLAM y BILAG, mayormente en estudios transversales. Estos biomarcadores resultan prometedores para el seguimiento clínico de pacientes con LES, pero aún necesitan la validación de estudios controlados multicéntricos de gran escala.
Se hizo esta revisión para resumir los retos del descubrimiento y validación de los autoanticuerpos biomarcadores de actividad del LES en el marco de la complejidad funcional de los autoanticuerpos.
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