La cantidad de irisina en el cuerpo humano se mide en nanogramos, y esta aumenta al hacer ejercicio. El Dana-Farber Cancer Institute y el Harvard Medical School han realizado una investigación que demostraría la existencia de la irisina, una hormona que hasta hace poco se dudaba que fuera real.
Esta hormona está relacionada con los beneficios del ejercicio y si bien la cantidad que tiene el cuerpo humano es muy baja, esta se incrementa al hacer ejercicio. El trabajo ha sido publicado en Cell Metabolism.
Según el director del proyecto, Bruce Spiegelman, la confusión sobre la irisina se da porque es muy difícil de medir debido a que se produce en células musculares, pero gracias a técnicas cuantitativas espectrométricas de masa, ahora es mesurable. La irisina es similar en humanos a como es en ratones, y aunque circula a niveles muy bajos, su rango es comparable al observado en otras hormonas de importancia como la insulina.
Cuando los científicos incrementaron los niveles de irisina en ratones, su sangre y metabolismo mejoraron.
En humanos todavía no se sabe qué clase de ejercicio aumenta la irisina, aunque se cree que en concreto los de alta intensidad son los más probables.
Son necesarios ahora que queda demostrada su existencia, estudios que expliquen cómo esta hormona funciona en humanos, específicamente como se relaciona con la grasa parda, beige y con el consumo de energía.
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