Agnódice, vivió en la Grecia del siglo III, antes de Jesucristo, cuya historia nos muestra vitalidad, fuerza y energía para lograr sus propósitos.
La mujer siempre ha estado involucrada en la práctica de la medicina. Este hecho se puede documentar en varias historias bíblicas (Génesis 21: 1-2, Génesis 35: 16 y Génesis 38: 27-30) en las que se hace referencia a valiosas profesionales y diestras comadronas o en la inscripción «médico», que figura en la tumba hallada en el Valle de los Reyes en Egipto donde está enterrada Merit Ptah, primera mujer reconocida como médica, alrededor del año 2700 antes de la era cristiana.
La profesión de comadrona, que no sólo incluía traer al mundo al niño sino también encargarse de los preparativos sociales propios de su nacimiento, fue una de las primeras profesiones que desempeñó la mujer en el ámbito de la medicina. La partería es una ocupación femenina reconocida socialmente en la era egipcia, y también lo es en la Grecia de Hipócrates y Sócrates (hacia el año 500 a. de J. C.). Sin embargo, la práctica femenina de la medicina en la Grecia clásica no siempre fue aceptada y así, según relata Cayo Julio Higinio, autor y erudito latino del primer siglo de la Era Cristiana, una mujer ateniense llamada Agnodice y conocida como la comadrona de Atenas tuvo que enfrentarse en el siglo III a J C. a una ley que prohibia a toda mujer el ejercicio de la medicina y de la obstetricia. Con valentia y tenacidad se disfrazó de hombre para estudiar medicina y especializarse en una incipiente ginecología, siguiendo las enseánzas del médico y anatomista ateniense Herófilo de Calcedonia, que gozaba de gran prestigio por sus conocimientos sobre el cuerpo humano. Agnódice volvió a Atenas y, siempre disfrazada de hombre, ayudó en los embarazos, partos y abortos de sus compatriotas, aunque revelaba su identidad a sus pacientes. Su destreza y brillante desempeño le granjearon el aprecio de las mujeres de la aristocracia pero también la envidia de otros médicos del sexo masculino que, viendo mermar sus ganancias económicas, se confabularon contra ella y la denunciaron por practicar ilegalmente la asistencia al parto y la acusaron de corromper a las mujeres de la ciudad. Al comparecer ante la autoridad de su época, Agnódice se levantó la falda para dar prueba de su sexo a los jueces y fue entonces condenada a muerte por violar la ley que prohibía a las mujeres ejercer la medicina.
La resistencia de varias Damas de la ciudad que se aprestaron a morir con ella permitió que Agnódice fuera liberada y que ejerciera el arte de la medicina, con la salvedad de que sólo asistiera a mujeres y niños. Agnódice es una figura a menudo mencionada en la historia de la medicina, aunque otros la ven como un personaje perteneciente al reino de la mitología o del cuento popular.
Fuente: Wikipedia. Enciclopedia Libre
Vea también:
- De la Diosa Isis a la mortal Agnódice. Mujer y ciencia
- Agnodice, primera mujer médica y ginecóloga. Red Voltaire