Se define como la presencia en suero de proteina monoclonal a una concentración de 3 gramos por decilitro o menos; no hay proteína monoclonal en orina o sólo una pequeña cantidad de cadenas ligeras, ausencia de lesiones líticas, anemia, hipercalcemia o insuficiencia renal en relación con la proteína monoclonal; la proporción de células plasmáticas en médula ósea es menor del 10%.