El tipo de leucemia más frecuente en la infancia, denominada linfoide aguda, tiene hoy una posibilidad elevada de curación y muestra de ello es que en Cuba en la actualidad hay más de mil personas tratadas que llevan una vida normal y han tenido incluso descendencia. Leer más…
Un grupo de científicos canadienses descubrió una célula que, afirman, sería la responsable de disparar el desarrollo de uno de los tipos más comunes de leucemia. Además, sería el elemento que evade los fármacos y causa la reincidencia de la enfermedad una vez que el tratamiento fue realizado. Leer más…
Logran identificar una nueva diana molecular que podría convertirse en una forma de tratar leucemias
Los científicos de China y Estados Unidos al analizar los genomas de dos hermanas gemelas de tres años de edad, una sana y otra con leucemia agresiva, lograron identificar una nueva diana molecular que podría convertirse en una forma de tratar enfermedades malignas recurrentes y mortales. Leer más…
Exitosamente se realizó en el Hospital Clínico Quirúrgico “Lucía Íñiguez Landín”, el primer trasplante de médula ósea de la historia de la provincia a una paciente de 28 años de edad con Linfoma no Hodgkin, que no poseía otra opción para prolongar su vida, mientras que ahora tiene posibilidades hasta de curarse definitivamente. Leer más…
Agilizar, abaratar costes y facilitar el diagnóstico de los distintos tipos de leucemia y cáncer hematológico es el objetivo que tiene la empresa salmantina Cytognos, que a finales de este año pondrá en el mercado varios kits de diagnostico, consistentes en un tubo con distintos reactivos, que facilitará a los médicos el diagnóstico y la clasificación de estas enfermedades en sólo unas horas.
Esta compañía, que explota comercialmente varias patentes de la Universidad de Salamanca, pretende revolucionar la diagnosis en aquellos hospitales que utilicen la citometría de flujo como método para detectar estas patologías que tienen una elevada tasa de mortalidad.
A partir de finales de este año las sospechas de los médicos ante un paciente que puede tener leucemia se resolverán en apenas unas horas, en lugar de tener que esperar varios días. Para entonces, la empresa salmantina Cytognos prevé poner en el mercado un kit de diagnóstico de leucemia que permitirá confirmar a los facultativos la enfermedad de manera «casi inmediata», frente a otras posibles técnicas diagnósticas que son más laboriosas y requieren más tiempo. Estos kits contienen reactivos para ser utilizados en la técnica de la citometría de flujo.
Hasta ahora, la fórmula empleada para diagnosticar e identificar el tipo de leucemia del paciente era «ir añadiendo paulatinamente distintos anticuerpos a la muestra de sangre hasta dar con el correcto, en un proceso que puede alargarse varios días, puesto que debe realizarse de forma escalonada, limpiando la sangre antes de añadir el siguiente reactivo», explica Martín.
El kit que sacará al mercado la empresa salmantina aúna en un solo tubo todos los anticuerpos necesarios para poder detectar un tipo concreto de leucemia en vez de utilizar los reactivos por separado. Además, también ha creado un software, denominado Infinicyt, que permitirá una rápida y correcta interpretación de los resultados.
La idea surgió en 2004 por la inquietud de varios grupos investigadores europeos sobre el diagnóstico de la leucemia, entre los que se encuentra el grupo de trabajo de Alberto Orfao, del Centro de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca, con el objetivo de identificar los marcadores que distingan los distintos tipos de leucemia de la forma más rápida posible utilizando la citometría de flujo.
Jose M. Blanco | Salamanca
En el servicio de Hematología del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras se realizó el trasplante de médula ósea número 200, uno de los de mayor complejidad de los que se realizan en los seres humanos, que se elevan a más de 300 en el país cuando sumamos los practicados en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas, el Instituto de Hematología y en el hospital Arnaldo Milián, de Santa Clara. Leer más…
MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS)
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto el mecanismo por el que la enzima MMP-9 afecta a la supervivencia de las células de la leucemia linfocítica crónica B (LLC-B) y permite la expansión de la enfermedad.
El hallazgo, que aparece publicado en el número de febrero de la revista ‘Cáncer Cell’, explica por qué han fallado los ensayos clínicos que se han realizado atacando esta enzima y define una potencial estrategia para el diseño de futuros tratamientos contra la enfermedad.
Como explica la directora de la investigación, Ángeles García Pardo, profesora de investigación del CSIC, la LLC-B se caracteriza por la acumulación de linfocitos B anómalos en la sangre periférica, la que circula por todo el cuerpo.
A medida que la patología progresa, estas células se distribuyen por el cuerpo a través de la sangre y alcanzan órganos linfáticos, como la médula ósea y los ganglios. Todo ello impide el normal funcionamiento de los linfocitos B normales, componentes vitales de la línea defensiva del ser humano, y la acción de la enfermedad acaba produciendo la muerte.
García Pardo y su grupo del CSIC en Madrid ha contado con la colaboración de hematólogos del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, y del Hospital Clínico de Valencia, así como con científicos de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y de la Universidad Justus Liebig (Alemania).
El grupo ha estudiado los mecanismos que intervienen en la migración y supervivencia de las células LLC-B, es decir, en los procesos que permiten a la patología expandirse. Se han centrado en la metaloproteinasa de matriz-9 (MMP-9), una enzima que degrada la matriz extracelular, el medio en el que están inmersas las células, lo que facilita el avance de las células de LLC-B.
Junto a esta capacidad, ya conocida, para degradar sustratos y allanar el camino a la enfermedad, el grupo del CSIC ha descubierto una nueva función de la MMP-9: la de garantizar la supervivencia de las células LLC-B, a través de la unión a receptores específicos de su membrana y la inducción de señales intracelulares. Esta nueva función no requiere la actividad enzimática de la MMP-9, sino que está localizada en otra región de la molécula, llamada dominio hemopexina.
«El hallazgo resulta relevante puesto que, hasta el momento, se han desarrollado ensayos clínicos para aplacar la acción de MMP-9 como enzima que degrada sustratos y no han tenido el éxito esperado. Nuestro trabajo proporciona una explicación para estos fallos y define la región celular donde se produce la conexión entre MMP-9 y las células malignas como un nuevo objetivo para el diseño de tratamientos contra esta leucemia», concluye.
El índice de leucemia infantil se dobló entre 1993 y 2007 en la sureña provincia iraquí de Basora, una de las más castigadas por la guerra, según un estudio de la Universidad de Washington.
El estudio, publicado hoy en el American Journal of Public Health, no explica las razones del incremento, pero las hipótesis de los investigadores lo relacionan con el incendio de pozos petrolíferos y el uso de armas químicas y municiones de uranio empobrecido durante los conflictos que sacudieron Irak desde 1980 hasta ahora.
La estratégica provincia de Basora, a 400 kilómetros al sureste de Bagdad, fronteriza con Irán y Kuwait y rica en petróleo, fue una de las más castigadas tanto en la guerra irano-iraquí de 1980-1988 como en la guerra del Golfo de 1991 y la invasión estadounidense de 2003.
También el contacto de los niños con el benceno que vendían a menudo en las carreteras debido a la escasez de suministros de petróleo podría explicar el aumento de leucemia infantil, señalan los autores.
Durante el periodo de quince años estudiado, se registraron 698 casos de niños con leucemia, todos ellos con edades comprendidas entre los 0 y los 14 años, con un repunte de 211 casos en 2006.
Los casos de leucemia infantil pasaron de 3 por cada 100.000 niños en la primera parte del período de estudio a casi 8,5 en los últimos tres años de investigación, explicó Amy Hagopian, autora principal del informe y miembro del departamento de salud global de la Universidad de Washington.
Frente a estos datos, en la Unión Europea y en Estados Unidos el índice de leucemia infantil es de 4 y 5 casos por cada 100.000, mientras que en Kuwait es de 2 casos por cada 100.000.
‘Estudiar las enfermedades de la infancia en situaciones bélicas es difícil’, explica Hagopian. Además, ‘estamos constantemente preocupados por los riesgos políticos a los que nuestros compañeros médicos están expuestos mientras recogen datos’.
Otra dificultad fue conocer el censo real de la población, ya que desde la invasión de EEUU en 2003 dejaron de publicarse ese tipo de datos, lo que llevó a los científicos a ‘recurrir a las estimaciones más conservadoras disponibles para no exagerar los resultados’ del estudio.
Los investigadores confían en que su análisis pueda facilitar el camino para averiguar las causas exactas que han propiciado el aumento de ese indicador.