Un estudio demuestra que los pacientes afectados tratados con dicho fármaco tienen los mismos índices de supervivencia que la población general.
El camino hacia la curación de la anemia de Fanconi, una rara enfermedad que causa fallos principalmente en la médula ósea, ha experimentado un paso de gigante con la autorización de la Unión Europea de un medicamento para estos enfermos cuyo promedio de vida es de 35 años. La anemia de Fanconi es un mal congénito que afecta entre una y cinco personas de cada millón, y que se debe a mutaciones en cualquiera de los catorce genes que se conocen asociados a ella. En España, al 80% de los 150 pacientes se le relaciona con problemas en un gen concreto, el de Fanconi A.
La Comisión Europea ha declarado hace unas semanas al vector lentiviral (retrovirus) que contiene el gen de la anemia de Fanconi A como un nuevo medicamento huérfano.
El coordinador de los trabajos para la designación de este medicamento ha sido el doctor Juan Bueren, jefe de la División de Hematopoyesis y Terapia Génica del Centro español de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, y también jefe de Grupo de Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras.
La falta de glóbulos blancos en los enfermos con anemia de Fanconi les predispone a infecciones y la de plaquetas y glóbulos rojos les puede producir sangrado y fatiga, respectivamente.
El proyecto de medicamento busca corregir el defecto genético en las células madre hematopoyéticas de pacientes con anemia de Fanconi, de manera similar a como se ha hecho con pacientes de otras enfermedades monogénicas, por ejemplo con algunas inmunodeficiencias primarias.
Como novedad, el vector desarrollado pertenece a la familia de los lentivirus, que ha demostrado una eficacia mayor a la de los gammaretrovirus que se venían utilizando hasta ahora. Además, los nuevos vectores introducidos ahora garantizan mayor seguridad para los pacientes, ya que los experimentos han demostrado que no genera síndromes leucémicos asociados al tratamiento.
Este futuro medicamento huérfano, probado en animales, tendrá que pasar todavía los pertinentes ensayos clínicos para demostrar su seguridad y eficacia.
Los experimentos han demostrado tanto en modelos animales como en células de pacientes, la eficacia terapéutica asociada a la corrección del defecto genético, con el objetivo de rescatar o prevenir el fallo de médula ósea.
Para la mayor parte de estos pacientes, la única esperanza de vida estaba limitada a los trasplantes de médula ósea, a pesar de las escasas posibilidades de encontrar donantes familiares compatibles.
Únicamente el 25% de estos enfermos tiene algún hermano sano histocompatible, por lo que la mayoría recurre a donantes sin consanguinidad, lo que dificulta la compatibilidad con el receptor y por tanto las posibilidades de éxito del trasplante.
Madrid, febrero 20/2011(EFE)
Es el primer fármaco surgido de una universidad pública española, la Universidad de Barcelona, en llegar a ensayos clínicos.
Tomado de JANO.es y agencias · 16 Febrero 2011 11:48
El fármaco tiene por objeto corregir el defecto genético en las células madre hematopoyéticas de estos pacientes.
JANO.es · 20 Enero 2011 15:53
Los pacientes con diabetes mellitus, enfermedad renal y anemia que no responden al tratamiento con un fármaco antianémico tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular o muerte, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas (Estados Unidos). Los resultados, que se publican en New England Journal of Medicine, sugieren que evaluar la respuesta al fármaco de los pacientes y mantener los niveles de hierro un poco por debajo podría reducir el riesgo.
Los resultados fueron un descubrimiento inesperado de un estudio sobre la darbepoetina alpha, que estimula la producción de glóbulos rojos para contrarrestar la anemia. El fármaco, manufacturado por Amgen, se comercializa con el nombre de Aranesp.
El estudio mostró que la darbepoetina alfa no funciona mejor que un placebo para mejorar los resultados cardiovasculares y renales pero sí que reducía el riesgo de transfusión sanguínea y daba lugar a una mejora modesta en personas con diabetes mellitus, enfermedad renal y anemia. Sin embargo, las personas que recibían darbepoetina alpha tenían casi dos veces más riesgo de ictus. Las muertes por cáncer eran también mayores entre los que recibían el fármaco.
La darbepoetina alfa es una clase de fármacos antianémicos que imitan a la eritropoyetina, la hormona natural del organismo que estimula la producción de glóbulos rojos.
El estudio, denominado TREAT, incluyó a 4038 participantes que tenían diabetes mellitus tipo 2, anemia y daño renal, aunque ninguno requería diálisis. De estos, 1872 recibían inyecciones del fármaco y 1889 placebo.
Los participantes que recibían darbepoetina alfa también recibían inyecciones subcutáneas periódicas del fármaco con el objetivo de aumentar sus niveles de hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que porta oxígeno, a un nivel de 13 gramos por decilitro. Si alguien del grupo control descendía a niveles de hemoglobina peligrosos por debajo de 9 g/dl recibía una terapia de ‘rescate’ con darbepoetina hasta que el nivel de hemoglobina regresaba a un nivel por encima de los 9 g/dl.
Al analizar los resultados, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: aquellos con niveles de hemoglobina que crecían de repente en respuesta a las dosis primeras de darbepoetina alfa y aquellos cuyos organismos respondían con menos fuerza, con niveles de hemoglobina que se mantenían bajos.
Los investigadores descubrieron que los participantes que tenían respuestas iniciales pobres al fármaco tenían una mayor tasa de mortalidad, ataque cardiaco, ictus o fallo cardiaco.
El estudio no puede mostrar si estas personas tenían mayor riesgo por estos resultados porque se encontraban con peor salud cuando empezaron el estudio o por alguna acción del fármaco.
Sin embargo, los autores señalan que estos resultados plantean la cuestión de si el tratamiento de la anemia debería personalizarse según la respuesta de los pacientes al fármaco. Los resultados sugieren que se podría utilizar la respuesta a la dosis inicial para identificar los grupos de alto riesgo en futuros estudios.
Así, los investigadores ponen como ejemplo que si el nivel de hemoglobina de una persona no mejora en el mes o dos meses siguientes al tratamiento antianémico, sería mejor dejar el fármaco y buscar un tratamiento alternativo.
Madrid, enero 3/2011 (EUROPA PRESS)
Muchos jóvenes con leucemia mieloide aguda (LMA) mejoran con el agregado de gemtuzumab ozogamicina (GO) a la quimioterapia habitual, según artículo publicado en la Journal of Clinical Oncology.
El tratamiento con GO produce «baja toxicidad extra», afirmó el equipo del doctor Alan K. Burnett, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, lo que sugiere que sería «viable» utilizar una dosis más alta de GO.
Los pacientes más jóvenes con LMA viven cada vez más gracias a la quimioterapia más agresiva y a la mejor atención de la pancitopenia que provoca el tratamiento.
Intensificar la quimioterapia podría causar un nivel inaceptable de toxicidad, pero los autores agregan que los fármacos con anticuerpos dan la posibilidad de brindar un tratamiento más efectivo sin toxicidad significativa.
El GO es un «inmunoconjugado» entre CD33, un anticuerpo que expresan con frecuencia las células de la leucemia, y la caliqueamicina, una sustancia activa contra las células tumorales.
El fármaco, que antes la compañía Wyeth comercializaba como Mylotarg, tiene un pasado complicado. Fue aprobado en mayo del 2000 dentro del programa acelerado de aprobación farmacológica de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que exige ensayos posteriores a la aprobación para verificar los beneficios.
El verano pasado, Wyeth retiró el fármaco del mercado de Estados Unidos a pedido de la FDA luego de que los resultados de un ensayo causara más preocupación por su seguridad (en especial, un aumento de la enfermedad veno-oclusiva) y no demostrara beneficios.
En el ensayo internacional MRC AML15, 1113 pacientes con LMA sin tratar, en su mayoría menores de 60 años, recibieron al azar una dosis de 3 mg/m2 de GO el primer día de inducción, o no, más uno de tres tratamientos de inducción.
Los pacientes recibieron daunorubicina y citarabina; o citarabina, daunorubicina y etoposida; o fludarabina, citarabina, factor estimulante de colonias granulocíticas e idarubicina. Durante la remisión, otro grupo de 948 pacientes recibió amsacrina, citarabina y etoposida o citarabina en alta dosis, con o sin GO.
La inducción con GO no causó una mejoría significativa en la supervivencia general y, cuando el fármaco se agregó durante la terapia de consolidación, no redujo el riesgo de recaídas ni mejoró la supervivencia. Tampoco mejoró la supervivencia con GO después de la recaída.
Pero cuando el equipo estudió a cada paciente según su estado citogenético, aquellos con un perfil favorable -mutaciones t(8;21), t(15;17) o inv(16)- obtuvieron un beneficio en la supervivencia «altamente significativo» con la inducción con GO.
Para esos pacientes, la supervivencia a cinco años fue del 79%, comparada con el 51% con y sin GO. Los pacientes con mutaciones de bajo riesgo no mejoraron con la inducción con GO, mientras que los beneficios en los pacientes con riesgo intermedio no fueron significativos. El tratamiento con GO también benefició a los pacientes más jóvenes.
Un análisis más detallado reveló que la supervivencia a cinco años del 70% de los pacientes de riesgo intermedio aumentaría un 10%. También se beneficiaron los pacientes con LMA con factor de unión central (FUC).
«Aunque esto podría considerarse evidencia para un nuevo estándar de atención, se necesitan estudios que lo confirmen, en especial sobre leucemia con FUC», destacaron los autores. «Se están realizando también estudios sobre pacientes mayores», añadieron.
«Los oncocientíficos no deberían esperar los mismos resultados en todos los pacientes con una entidad morfológicamente clasificada como LMA, en especial cuando se usan agentes moleculares», escribió en un editorial el doctor Farhad Ravandi, del Centro del Cáncer MD Anderson, de la Universidad de Texas en Houston.
Estos resultados deberían usarse para «comprender mejor la diversidad de la LMA y diseñar las terapias individualizadas para los subgrupos de LMA», enfatizó Ravandi.
Nueva York, diciembre 31/2010 (Reuters Health)
La mayoría de los adolescentes mayores con leucemia linfoblástica aguda (LLA) se puede curar con quimioterapia intensiva de riesgo controlado, en lugar de trasplante de células madre o radioterapia en el cráneo, publica Journal of Clinical Oncology. Esto representa un avance en el pronóstico de esos pacientes, señaló Ching-Hon Pui, jefe del Departamento de Oncología del Hospital de Investigación Infantil St. Jude, de Memphis, en Tennessee.
La LLA es bastante infrecuente en los adolescentes mayores, pero es difícil de tratar. Los autores sostienen que los adolescentes mayores suelen tener peores resultados, por lo menos en parte porque tienen una mayor prevalencia de leucemia de alto riesgo y una baja tolerancia y adherencia a la terapia.
El equipo evaluó a 963 pacientes pediátricos, incluidos 89 adolescentes mayores (de 15 a 18 años), que habían participado en cuatro ensayos entre 1991 y el 2007. En los tres primeros ensayos, el tratamiento se realizó a partir de las características clínicas y la genética de las células tumorales.
Pero en el último estudio, el nivel de enfermedad residual guió el tratamiento. Esa fase incluyó el uso intensivo de metotrexato, glucocorticoide, vincristina y asparaginasa, además de una terapia intratecal temprana en pacientes con LLA de alto riesgo.
El trasplante de células madre fue una opción para pacientes de alto riesgo, aunque el tratamiento temprano de esos pacientes fue idéntico al de los pacientes con LLA de riesgo estándar. Ningún paciente recibió radioterapia en el cráneo.
En los tres primeros ensayos, los adolescentes mayores tuvieron una supervivencia significativamente menor que los más jóvenes. Pero en el cuarto estudio, desapareció la brecha del pronóstico.
La supervivencia a cinco años libre de enfermedad fue del 86,4% para los adolescentes mayores y del 87,4% para los más jóvenes. La supervivencia general también mejoró: el 87,9% para los mayores y el 94,1% para los más jóvenes.
Pui dijo a Reuters Health: «Este estudio es el primero que utiliza el enfoque de enfermedad residual mínima al final de la inducción para identificar con precisión a los pacientes que necesitan un trasplante».
Y destacó otras características únicas del estudio: «La terapia personalizada a partir de la farmacoquinesis y la farmacogenética, la omisión total de radioterapia profiláctica en el cráneo y el monitoreo detallado de la adherencia al tratamiento».
Nueva York, diciembre 30/2010 (Reuters Health)
Investigadores del Hospital del Mar de Barcelona han liderado un estudio multicéntrico internacional que ha logrado redefinir el síndrome mielodisplásico (SMD), enfermedad hematológica también conocida como preleucemia, así como su tratamiento.
La investigación, publicada en la revista Leukemia, arroja datos de referencia sobre los parámetros que determinan la evolución del síndrome y describe cambios citogenéticos en el cromosoma 5 (5q-), que tienen valor pronóstico.
Hematólogos citogenetistas de Austria, Alemania, Japón, Estados Unidos y España, todos ellos miembros del grupo Cytogenetics MDS Working Group (MDS Foundation), han participado en el estudio y análisis de una serie de 541 pacientes, la muestra más grande en un estudio con pacientes con esta anomalía.
Los hallazgos podrían suponer un antes y un después para los pacientes afectados por esta enfermedad, ya que no sólo redefinen la enfermedad, sino que confirman los buenos resultados de un tratamiento del que se había desaconsejado el uso a causa de efectos indeseados que ahora se han desestimado.
«Poder disponer de un tratamiento que ayude a normalizar la vida de estos pacientes y que mejore su calidad de vida es una buena noticia», ha celebrado el coordinador del estudio, Francesc Solé, del grupo de expertos MDS Foundation. «Hace unos años -añade- se desaconsejó el uso de este fármaco a causa de la sospecha de que producía una mayor tasa
de evolución a leucemia aguda».
Desde entonces, los pacientes afectados por SMD se quedaron huérfanos de tratamiento. «Con los resultados de este estudio, hemos confirmado que los pacientes con SMD y tratados con lenalidomida no padecen más leucemias que los afectados por SMD sin tratamiento, ya que estas leucemias forman parte de la historia natural de la evolución de la enfermedad y algunos pacientes la sufrirán, tomen o no el fármaco», ha argumentado el citado
especialista.
Por el contrario, los pacientes con SMD mejoran mucho las alteraciones sanguíneas que padecen hasta el punto de que el 70% de ellos en dos meses dejan de tener que hacerse transfusiones continuadas.
Los síndromes mielodisplásicos son un grupo de enfermedades de la sangre y la médula ósea y presentan un bajo número de células sanguíneas sanas. El origen de la dolencia es una anomalía en las células madre de la medula ósea, las responsables de fabricar las células de la sangre, que imposibilitan que éstas se conviertan en glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
JANO.es · 30 Diciembre 2010 11:41
Un estudio demuestra la mayor eficacia de este fármaco sobre imatinib en pacientes de nuevo diagnóstico.
La aprobación por parte de las autoridades sanitarias europeas se ha basado en los resultados a 12 meses del estudio DASISION, presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y en el XV Congreso de la Sociedad Europea de Hematología (EHA).
JANO.es · 20 Diciembre 2010 12:24