08/03/2020
El hierro es biológicamente esencial, pero también potencialmente tóxico; como tal, está estrictamente controlado a nivel celular y sistémico para prevenir tanto la deficiencia como la sobrecarga. Las proteínas reguladoras del hierro controlan postranscripcionalmente los genes que codifican las proteínas que modulan la captación, el reciclaje y el almacenamiento del hierro y, a su vez, están reguladas por el hierro.
El principal regulador de la homeostasis del hierro sistémico es el péptido hepcidina hepático, que controla el hierro sérico a través de la degradación de la ferroportina en los enterocitos que absorben hierro y en los macrófagos que lo reciclan.
Esta revisión enfatiza los hallazgos más recientes en la biología del hierro, la desregulación del eje hepcidina-ferroportina en los trastornos del hierro y cómo los resultados de la investigación tienen un impacto en los trastornos clínicos.
La producción insuficiente de hepcidina es fundamental para la sobrecarga de hierro, mientras que el exceso de hepcidina conduce a la restricción de hierro. Las mutaciones de los genes de la hemocromatosis dan como resultado un exceso de hierro al regular a la baja la vía de señalización hepática BMP-SMAD o al causar resistencia a la hepcidina.
En las anemias cargadas de hierro, como la β-talasemia, la eritropoyesis aumentada, aunque ineficaz, libera eritroferrona, que secuestra los ligandos del receptor de BMP, lo que inhibe la hepcidina. En la anemia ferropénica refractaria al hierro, las mutaciones del inhibidor de hepcidina TMPRSS6 aumentan la vía BMP-SMAD. La interleucina-6 en la inflamación aguda y crónica aumenta los niveles de hepcidina, causando eritropoyesis restringida en hierro y anemia de la inflamación en presencia de macrófagos repletos de hierro.
Nuestra mejor comprensión de la homeostasis del hierro y su regulación está teniendo un impacto en los programas establecidos de tratamiento con hierro oral y la elección de hierro oral versus intravenoso en el tratamiento de la deficiencia de hierro. Además, está conduciendo al desarrollo de terapias dirigidas para la sobrecarga de hierro y la inflamación, centradas principalmente en la manipulación del eje hepcidina-ferroportina.
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