La enfermedad injerto contra huésped (EICH) es la principal complicación de los TCPH alogénicos y de órganos que contienen células linfoides. En esta entidad se conjugan una serie de eventos inmunológicos entre el tejido injertado y el receptor, disparados por sus diferencias antigénicas, lo cual produce diversas manifestaciones clínicas, desde leves a muy severas, que pueden incluso comprometer la vida del paciente
La denominación inicial de EICH fue propuesta por Billingham en 1966, quien enunció los siguientes criterios para la presentación de esta entidad:
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El injerto debe contener células inmunológicamente competentes.
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Antígenos tisulares del hospedero diferentes de los del donante.
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Receptor inmunocomprometido.