Desde hace cinco años se plantea la opción de emplear las técnicas endovasculares desarrolladas para la rotura de aneurismas de aorta en hemorragias que afectan al tronco.
La hemorragia representa una de las principales causas de mortalidad en la enfermedad traumática grave y en los últimos años se han producido novedades buscando dar respuesta al dispositivo hemostático ideal (prehospitalario: compacto, transportable, activo en condiciones extremas, seguro y eficaz). Además, se han desarrollado sistemas que aportan un cierre temporal de la herida y mejoras en otros que aplican hemostasia mecánica y tratan de mitigar la hemorragia en extremidades, pelvis y zona de unión tronco-extremidades. Igualmente se ha innovado en agentes y dispositivos que aplicados tópicamente buscan frenar el sangrado (agentes mucoadhesivos, procoagulantes o que concentran factores de coagulación).
Sin embargo, según ha comentado María Ángeles Ballesteros, del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), en el LI Congreso de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), celebrado en Valencia, estas mejoras no son aplicables a las hemorragias que afectan al tronco, dado que no son accesibles ni comprimibles externamente. En ellas, el abordaje habitual implica un clampaje aórtico a través de laparotomía o toracotomía.
No obstante, ha matizado, desde hace cinco años se ha planteado la opción de emplear las técnicas endovasculares desarrolladas para la rotura de aneurismas de aorta (Resuscitative Endovascular Balloon Occlusion Of The Aorta-Reboa). “Consisten en canalizar la arteria femoral común con un introductor y pasar a su través un catéter que lleva un balón en su extremo distal. Éste se ubica en una región aórtica proximal a la zona de hemorragia; una vez inflado se logra una oclusión del flujo aórtico y así mitigar el sangrado”, ha señalado.
Se trata de una herramienta que disminuiría la hemorragia, alargaría la hora de oro, permitiría mejorar el estado hemodinámico del paciente o incluso el traslado a centros de referencia de trauma para realizar un tratamiento quirúrgico definitivo. Recientemente se han publicado resultados de estudios prospectivos, “mostrando que es una técnica prometedora que podría integrarse en la cadena asistencial que atiende al paciente con traumatismo grave y que debe ser aportado por centros de trauma donde los profesionales tengan la competencia de proporcionar una asistencia de calidad”.
Sin embargo son necesarios estudios que precisen la población diana y mejoras técnicas que permitan superar las limitaciones que se han detectado en la actualidad (sistemas de control dinámico de la oclusión, control del flujo distal al balón…), además de facilitar la adquisición de esta competencia a los equipos de trauma.
Claves de Radiología intervencionista
José Joaquín Martínez, jefe de Servicio de Radiología y responsable de Radiología Vascular e Intervencionista del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, ha señalado que las claves del manejo en trauma grave “son la rápida respuesta y coordinación con los Servicios de Urgencias e Intensivos”. En este contexto, “conocer y saber aplicar las diferentes técnicas que ofrece es fundamental para obtener buenos resultados”. Asimismo, ha hecho hincapié en que “la disponibilidad de guardias o alertas de Radiología Intervencionista es esencial para poner a disposición de estos pacientes la cartera de servicios de estas unidades y que permiten abordajes muy eficientes y poco invasivos”.
La alta especialización que se requiere para obtener resultados excelentes y reproducibles “exige una política adecuada de formación, de dotación de estas unidades (personales y materiales) y una optimización de los recursos, que pasa por la creación de redes multidepartamentales que permitan compartir el conocimiento de forma transversal y optimizar y homogeneizar protocolos para permitir finalmente la creación de guardias unificadas también multidepartamentales”. El abordaje según las premisas anteriores “permite salvar vidas con enorme eficiencia ahorrando a los pacientes cirugías a veces agresivas, permitiendo salvar órganos, acortando estancias hospitalarias y disminuyendo secuelas postraumáticas”.
Junio 21/2016 (Diario Médico) Fuente: Noticias de Salud Al día
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