¿Cómo es posible que un virus anteriormente inocuo y anodino como era el del Zika pueda transformarse en un patógeno temido capaz de ejercer un devastador impacto sobre la salud global?
Aislado por vez primera en 1947, el virus del Zika solo había producido casos de enfermedad de forma esporádica en África y Asia, hasta los brotes epidémicos de 2007 en Micronesia y de 2013 en la Polinesia Francesa.
Un nuevo estudio publicado en Cell, realizado por el equipo internacional del microbiólogo Genhong Cheng, de la Escuela David Geffen de Medicina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, sugiere que el virus posee la capacidad de mutar rápidamente, permitiendo que la epidemia actual se extienda muy deprisa por el mundo.
El virus del Zika ha pasado por notables cambios genéticos en los últimos 70 años.
Los científicos creían previamente que la infección se extendía solamente a través de mosquitos, y que causaba solo problemas de salud temporales y leves.
La más reciente epidemia ha vinculado al virus con trastornos de desarrollo neurológico durante la época fetal, y con el síndrome de Guillain-Barre. También han surgido nuevos modos de transmisión, incluyendo la infección a través de contacto sexual y desde la madre al feto.
“No sabemos por qué la infección por el virus del Zika no estaba asociada con enfermedades humanas graves, especialmente en recién nacidos, hasta hace poco”, confiesa la Dra. Stephanie Valderramos, del equipo de investigación.
El laboratorio de Cheng colaboró con investigadores de la Academia China de Ciencias Médicas y con otros de China para comparar diferencias genéticas individuales entre 41 cepas de virus del Zika. Treinta cepas se originaron a partir de humanos, 10 de mosquitos y una de monos.
Al secuenciar el virus, el equipo identificó cambios sustanciales en el ADN entre las cepas, mostrando una división principal entre los linajes de Asia y los de África, así como entre las versiones humanas y las del mosquito.
Los autores del estudio sospechan que estas mutaciones podrían ayudar al virus a replicarse de forma más eficiente, eludir la respuesta inmunitaria del cuerpo o invadir nuevos tejidos que le proporcionen un lugar seguro desde el que extenderse.
Todas las cepas contemporáneas del virus del Zika humano comparten una secuencia genética más parecida a la cepa malaya de 1966 que a la cepa nigeriana de 1968. Esto implica que las cepas que causan el actual brote en humanos se desarrollaron a partir del linaje asiático.
Todas las cepas humanas en la actual epidemia se parecen mucho más a la cepa de la Polinesia Francesa de 2013 que a la cepa de Micronesia de 2007, lo que sugiere que ambas evolucionaron a partir de un antepasado vírico común.
Una proteína vírica esencial varió especialmente entre la cepa humana asiática y la cepa del mosquito africana, indicando un posible cambio estructural en el virus.
El próximo paso de Cheng, Valderramos, Lulan Wang y sus colegas será analizar las cepas víricas que causan la actual epidemia y buscar dianas genéticas para el desarrollo de fármacos y vacunas.
Abril 20/ 2016 (ZINC) Fuente: Noticias de Salud Al Día
Amplíe información en:
Los lectores comentan