La neoplasia es una enfermedad que ha acompañado al hombre desde sus inicios como especie. Con el desarrollo de las ciencias médicas y el progreso científico se ha podido conocer más sobre las causas, tratamientos y afecciones que provoca. Lógicamente, Cuba no escapa de su azote, donde constituye una de las principales causas de muerte. El cáncer es una enfermedad muy antigua, aunque se suele hablar de ella desde la contemporaneidad. En 1935, el Dr. Ernest Lawrence describió un tumor óseo en una mandíbula encontrada en África Oriental, que perteneció a un individuo que vivió a comienzos de la era Pleistocénica, entre 1 600 000 a 100 000 años a.C.
También se ha encontrado la presencia de esta enfermedad en restos óseos que datan de la V Dinastía en el Antiguo Egipto, hacia el tercer milenio a.C. De la civilización egipcia perduran descripciones en papiro de lo que hoy los especialistas consideran inequívocamente como cáncer de vejiga, muy frecuente en la época, causado por la infección parasitaria de Schistosoma haematobium. Igualmente se tienen registros de cáncer de mama hacia el primer milenio a.C, incluso se han encontrado restos humanos momificados con presencia de Osteosarcomas.
El 4 de marzo de 1637 se reportó el primer caso de muerte por cáncer registrado en Cuba. Se trata del ciudadano portugués Antonio Hernández, sobre el que se tienen muy pocas referencias, salvo que falleció a consecuencia de una úlcera maligna de la región facial y que sufría los efectos dañinos de los rayos solares, mucho más intensos que en Europa.
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