Trasplante hematopoyético

El trasplante de células progenitoras hematopoyéticas, consiste en la infusión de estas células obtenidas de la médula ósea, la sangre periférica, el cordón umbilical o el hígado fetal, a un paciente que ha sido previamente acondicionado para recibir el injerto.

Este proceder se ha convertido en una modalidad terapéutica para una gran variedad de enfermedades, como hemopatías malignas, anemia aplástica, inmunodeficiencias y gran número de tumores sólidos. En la actualidad se trasplantan más de 30 000 pacientes al año en todo el mundo.

Tras las primeras experiencias con el trasplante de médula ósea realizado por E. Donnall Thomas en la década de los 50, comenzó su expansión mundial y llegó a experimentar un espectacular desarrollo en los años 80 y 90.

En el año 2000 se realizaron cerca de 30 000 trasplantes en el mundo, de ellos el 70 % fueron autólogos y el 30 % alogénicos. La sangre periférica fue la fuente de progenitores hematopoyéticos en el 90 % de los trasplantes autólogos y en el 30 % de los alogénicos.

La introducción de este proceder en la práctica clínica no ha sido una tarea simple, pues a pesar de que la técnica para la obtención y administración de la médula ósea es un procedimiento relativamente sencillo, los problemas relacionados con el acondicionamiento del receptor, los estudios de histocompatibilidad, las alteraciones inmunes que aparecen en el período postrasplante, la prevención y el tratamiento de la enfermedad de injerto contra huésped y de las infecciones que pueden ocurrir después del trasplante, así como las medidas de aislamiento del enfermo, hacen de este proceder uno de los más complejos dentro del campo de la trasplantología moderna.

Fuente:

Trasplante de células progenitoras hematopoyéticas: tipos, fuentes e indicaciones. Dr. Juan Carlos Jaime Fagundo, Dra. Elvira Dorticós Balea, Dra. Valia Pavón Morán y Dr. Lázaro Cortina Rosales. Revista Cubana Hematología 2004; 20(2)