Durante muchos años se había creído que dichos tratamientos, a los que se sometían las pacientes oncológicas para preservar su fertilidad, antes de quimioterapia o radioterapia, influían negativamente en la evolución de la enfermedad.
Los tratamientos de estimulación ovárica en pacientes con cáncer de mama no suponen un riesgo añadido para la mujer si se garantiza la mínima elevación de los niveles de estradiol, según un estudio elaborado por la clínica de reproducción asistida IVI, que le ha hecho merecedor del premio ‘Alejandro Novo González’ de la ‘Sociedad Galega de Obstetricia e ginecología 2016′. Durante muchos años se había creído que dichos tratamientos, a los que se sometían las pacientes oncológicas para preservar su fertilidad, antes de un proceso de quimioterapia o radioterapia influían negativamente en la evolución de la enfermedad.
No obstante, “los avances en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad han reducido la tasa de mortalidad de la misma; la tasa de supervivencia puede llegar hasta el 87 %, lo cual nos encamina a un claro objetivo que aboga una esperanza a nuestras pacientes y les da un importante motivo de lucha: ser madres una vez superado el cáncer”, ha señalado el director de IVI en Vigo y autor del estudio premiado, Elkin Muñoz. “Nuestra intención no es otra que mejorar la calidad de vida de estas mujeres, planteando así la necesidad de avanzar en otros aspectos como la preservación de la fertilidad”, ha añadido el doctor.
Estimulación controlada
Bajo el nombre ‘Estudio cohortes ambispectivo de supervivencia y periodo libre de enfermedad en pacientes con cáncer de mama sometidas a estimulación ovárica controlada‘, se ha evaluado el riesgo potencial de someter a pacientes con cáncer de mama a una estimulación ovárica controlada (EOC), garantizando niveles bajos de estrógenos y disminuyendo el temor acerca de la seguridad.
En el estudio se analizaron dos grupos de pacientes a través de un seguimiento retrospectivamente entre los años 2008 y 2015. El primero formado por 75 pacientes menores de 40 años en el momento del diagnóstico de cáncer de mama sometidas a estimulación ovárica controlada. Por otro lado, un grupo integrado por 66 pacientes con cáncer de mama de igual edad y estadio que no han recibido el tratamiento.
“Al primero se le realizó una EOC basada en el uso de agentes antiestrogénicos, con protocolos de estimulación flexibles para no demorar el inicio del tratamiento oncológico; tras obtener los ovocitos necesarios para salvaguardar su fertilidad, se procedió a la vitrificación de los mismos o, en su caso, la vitrificación de los embriones resultantes de la fecundación de los ovocitos de la paciente con el semen de la pareja”, aclara el doctor Muñoz.
Así, “actuando de esta forma se comprobó que no hay evidencias de que la EOC tras superar un cáncer de mama incremente el riesgo de recidiva o disminuya la supervivencia a la enfermedad; este hallazgo es relevante para la mujer que debe decidir si preservar o no su fertilidad, pues aporta una preocupación menos a la hora de realizar la estimulación”, añade
Influencia del cáncer de mama en la capacidad reproductiva
En el año 2013 la edad para concebir el primer hijo se situaba en los 32,3 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta manera, aumenta el número de mujeres diagnosticadas de cáncer de mama sin haber cumplido su capacidad reproductiva, lo que sitúa a la maternidad tardía como el factor de riesgo de mayor peso.
El diagnóstico de cáncer mama puede tener un efecto directo en la fertilidad de la mujer, afectando al ovario y la respuesta de éste inclusive antes de la quimioterapia o la radioterapia. De hecho, los estudios de reserva ovárica en los que se mide la hormona antimulleriana (AMH) demuestran que las mujeres con cáncer tienen menores niveles de esta hormona antes de recibir el tratamiento de quimioterapia que la esperada para su edad.
En base a estas premisas, varios estudios han comparado los resultados de la EOC en pacientes oncológicas y pacientes de fecundación ‘in vitro’ (FIV) no oncológicas, dando como resultado un menor número de ovocitos obtenidos en aquellas que preservan su fertilidad por cáncer.
Así mismo, se ha demostrado que las mujeres con cáncer de mama producen 2,4 menos ovocitos que mujeres de la misma edad estimuladas con un protocolo convencional de FIV, aunque no todas las investigaciones a este respecto apuntan en la misma dirección.
Con el objetivo de ofrecer a mujeres y hombres diagnosticados de cáncer la posibilidad de guardar sus gametos para poder ser padres una vez superada la enfermedad, la clínica IVI puso en marcha en 2007 el ‘Plan gratuito de preservación de la fertilidad para pacientes oncológicos’, con el que han conseguido que ocho bebés nazcan después de que sus padres se curasen del cáncer.
Los lectores comentan