Las pruebas moleculares se han integrado ampliamente en la atención médica general y su uso está en aumento en dermatología. Pueden ayudar a diferenciar entre afecciones cutáneas, por ejemplo, ya que algunas parecen clínicamente similares, y también identificar mutaciones genéticas específicas y otras características que pueden facilitar seleccionar tratamientos óptimos.
En el Congreso Anual de la Society for Pediatric Dermatology (SPD) de 2025, la Dra. Virginia Sybert, profesora clínica de Genética Médica en la University of Washington en Seattle, Estados Unidos, analizó lo que profesionales en dermatología deben saber al utilizar pruebas moleculares en la práctica clínica en general, no específicamente en pediatría.
A quién y cuándo realizar la prueba
Saber a quién y cuándo realizar la prueba es la primera consideración, afirmó la Dra. Sybert. «¿La prueba es necesaria para el diagnóstico, para el tratamiento, para el pronóstico o para el asesoramiento o el manejo reproductivo que pueda predecir la respuesta del o la paciente a ciertas terapias?».
Por ejemplo, la Dra. Sybert planteó que, en el caso de un paciente adulto mayor con seis manchas café con leche, efélides axilares bilaterales, un neurofibroma plexiforme y 27 neurofibromas, ¿se necesitan pruebas moleculares para diagnosticar la neurofibromatosis?
Lea el texto completo en: Pruebas moleculares en dermatología: ¿a quién y en qué casos realizarlas? Medscape – 18 de agosto de 2025 (debe registrarse en el sitio web).

