Dres. Altman JF, Oliveria SA, Christos PJ, Halpern AC
Department of Medicine, Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, New York, NY.
Arch Fam Med. 2000;9:1022-1027.
El cáncer de piel es el cáncer más cáncer más común. Se calcula que en Estados Unidos habría unos 47.700 nuevos casos de melanoma maligno y 7700 muertes por melanoma. El cáncer no melanoma tiene un potencial metastásico limitado pero se asocia con una morbilidad significativa, debido a la desfiguración y las cicatrices que quedan luego del tratamiento. No son cánceres cuya incidencia esté monitoreada, a diferencia de los cánceres basocelulares y escamosocelulares, los cuales aparecen a razón de 1 millón de casos nuevos por año, en Estados Unidos.
Para contrarrestar los costos y el continuo crecimiento de la incidencia, en la actualidad se enfatiza la prevención. Dada la localización cutánea superficial, es posible detectar al cáncer de piel en forma visual. Por eso, dicen los autores, son importantes tanto la prevención primaria como la secundaria. La prevención primaria consiste en minimizar la exposición al sol mientras que la prevención secundaria es la detección precoz del cáncer de piel, cuando todavía puede curarse con la sola extirpación. A pesar de la importancia de la atención primaria en la prevención y el diagnóstico del cáncer de piel, se ha demostrado que los médicos de esa área no suelen hacer el examen cutáneo completo. Pocos son los estudios sobre el screening del cáncer de piel, comparado con los de otros cánceres, posiblemente debido a su baja mortalidad, recomendaciones públicas sobre el screening contradictorias, inadecuado entrenamiento de los médicos para identificar el cáncer de piel, falta de tiempo e inadecuado reembolso para la medicina preventiva.
Las recomendaciones sobre el screening del cáncer de piel varían desde recomendaciones no formales, la recomendación del examen de la piel en los consultorios de atención primaria sin screening específico, hasta hacer un screening cada 3 años en las personas de 20 a 39 años y 1 vez por año, para todos los adultos. Estas recomendaciones contradictorias acerca de la utilidad del screening del cáncer de piel, dicen los autores, reflejan en el público optimismo por un lado pero dudas por el otro. Dado que el cáncer de piel es identificable por sí mismo pero no ha sido objeto de trabajos aleatorizados que evalúen el efecto del screening del cáncer de piel sobre la mortalidad, lo mejor para prevenir la mortalidad es el screening implícito potencial.