Red Nacional de Cardiología. Ser o no ser es la pregunta.

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Hace unos días un funcionario del MINSAP me decía ustedes los cardiólogos son dichosos porque tienen una Red Nacional pero unos 20 minutos más tarde recibía una llamada de Camaguey del Dr. Justo de Lara Abad siempre preocupado por sus pacientes y su servicio provincial solicitando ayuda para estudios coronariográficos por dificultades para canalizar los mismos.

Esto me llevó a meditar sobre las contradicciones actuales de la funcionalidad de la red constituida con el propósito de coordinar, integrar, facilitar y por ende mejorar la atención en torno a la primera causa de muerte en nuestro país.

Es indudable que los niveles asistenciales y su complejidad aumentaron en los períodos iniciales con un impacto visible.

Pero también es un hecho inobjetable que la regularidad de los contactos disminuyeron progresivamente hasta desaparecer lo cual unido a la inercia en acometer las acciones fundamentales que permiten la vitalidad mínima en su funcionamiento son problemas de gran peso.

Hay 2 hechos recientes que nos llevan a pensar que pudimos y quizás aún podemos hacer más, el primero el espíritu de agruparse de los cardiólogos del interior durante el proceso de revitalización de la SCC planteando en los contactos con la Directiva de la misma muchos planteamientos razonables que debieron ser canalizados oportunamente a través de la Red. Otro elemento de peso es el nivel científico de los cardiólogos a todo lo largo del país que es la base material para cualquier proyección estratégica futura.

Corresponde a la Red como función primordial canalizar las dificultades y articular las medidas organizativas compensatorias asesorando a las instancias ejecutivas del MINSAP.

Cualquier insuficiencia en esta actividad tiene un costo elevado para la especialidad presente y futura. El necesario control de la lista de espera y su flujo, la correcta utilización de la tecnología instalada, la utilización del capital humano con los aspectos cualitativos y cuantitativos en primera linea, la participación o propuesta de acciones preventivas a aplicar en conjunto con otros componentes de la sociedad son necesidades perentorias que ademas no fluyen por generacion espontanea.

Aunque se esgriman dificultades materiales que son reales y objetivas si la discusión de los aspectos logísticos se efectuara de forma transparente, colegiada y ajustada a las necesidades asistenciales reales y planificadas sobre la base de los recursos disponibles estoy seguro que haremos mas con lo mismo o quizás con menos gasto.

Los cardiólogos somos dichosos de tener una Red Nacional y podemos enfrentar una regionalización efectiva planteada en los lineamientos del VI Congreso en mejores condiciones quizás que otras especialidades pero solo eliminando la inercia, aumentando la comunicación entre todos, logrando la mayor paridad posible entre todas las provincias y siendo lo suficientemente audaces e inteligentes en generar alternativas organizativas que minimicen las afectaciones materiales podremos cumplir con los propósitos conceptuales de la Red Nacional de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.