Es común durante el trabajo de parto y parto la aparición de un trazado de la FCF que muestra una curva tipo II. Puede existir una taquicardia fetal, desaceleraciones tardías o quizás una disminución de la variabilidad. La enfermera o el médico acude junto a la madre en trabajo de parto, chequea la dilatación cervical, cambia la posición materna y coloca una máscara con oxígeno en su cara a 10 L/min como medida resucitadora. Pese a las recomendaciones y la frecuencia de su uso, la evidencia es limitada respecto a que la oxigenación materna mejore los resultados neonatales. De
hecho, existen evidencias crecientes de su potencial peligro. Los efectos cardiovasculares maternos durante y después de la administración materna de oxígeno deben ser tenidos en consideración. La administración de O2 no parece ser beneficiosa para los resultados neonatales, pero pueden emplearse otros métodos. Tanto la administración de un bolo de fluidos IV como la adopción de decúbito lateral materno, por ejemplo, se asocian a un incremento de la oxigenación fetal. La reducción de la actividad uterina, descontinuar la oxitocina o los agentes madurantes cervicales o la administración de un tocolítico pueden también mejorar las anomalías de la FCF. El empleo de O2 debe quedar reservado para pacientes con hipoxia materna. El uso liberal materno de O2 para manejar trazados anormales de la FCF debe detenerse. Se carece de claras evidencias de su beneficio y
persiste una posibilidad real de peligros maternos y fetales. Ello puede ser especialmente cierto durante la pandemia de Covid-19.
Ver en: (BREAK THIS PRACTICE HABIT: Maternal oxygen in labor: False reassurance? Por Sally Harris, MD; Georgia Ragonetti-Zebell, MD. OBG Management. 2020 Nov;32(11);30-31, doi: 10.12788/obgm.0049. En: https://cdn.mdedge.com/files/s3fs-public/issues/articles/obgm0321128_ragonetti.pdf
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