Un inhibidor de la proteína que detecta roturas en las cadenas de ADN y participa en su reparación (poli-ADP-ribosa polimerasa o PARP), el olaparib, se ha convertido en la primera terapia personalizada para cáncer de ovario en España. El olaparib, se ha convertido en la primera terapia personalizada para cáncer de ovario en España. Específico para tumores con mutaciones en el gen BRCA, reduce el riesgo de progresión en un 80 por ciento. Cada año aparecen 3000 nuevos casos de cáncer de ovario, una enfermedad donde conseguir un diagnóstico sigue siendo una asignatura pendiente. Síntomas inespecíficos retrasan su detección, por lo que su prevención no es posible. Cuando se diagnostica, la enfermedad se acompaña de mal pronóstico y pobre supervivencia.
Actualmente, se distinguen cinco subtipos de cáncer de ovario. El seroso de alto grado, el más frecuente de todos los de ovario, expresa alteraciones en el gen BRCA, cuyo estudio, además de convertirse en factor pronóstico, es predictivo de respuesta a la terapéutica con inhibidores de PARP y, más concretamente, con olaparib, el primer tratamiento personalizado para cáncer de ovario que ha sido aprobado en España. Comercializado como Lynparza por la farmacéutica AstraZéneca, esta molécula se indica como monoterapia oral en el mantenimiento de pacientes adultas con cáncer de ovario epitelial seroso de alto grado, trompa de Falopio o peritoneal primario. Deben presentar mutación BRCA (germinal y/o somática), sensible a quimioterapia con platino, en recaída y que están en respuesta, completa o parcial, a quimioterapia con platino.
La aparición de olaparib “es un hito en el tratamiento de esta patología”, según Antonio González, presidente del Grupo Español de Inverstigación en Cáncer de Ovario (GEICO) y Pedro Pérez Segura, coordinador de la Consulta de Consejo Genético del Hospital Clínico de Madrid, que han participado en Madrid en la presentación del medicamento, en la que también ha pariticipado Mariluz Amador, directora médica y de Registros de AstraZéneca España. La principal justificación es que olaparib “reduce el riesgo de progresión o muerte en un 82 %. Y, lo que es más importante, el efecto se mantiene en cualquiera de las siguientes líneas de tratamiento “, indica González. En recidiva, aumenta el tiempo libre de progresión en cáncer de ovario sensible a platino.
El perfil de las candidatas sería, en líneas generales, mujeres con mutación en el gen BRCA en línea germinal o en el tumor, tratadas con el quimioterápico platino y que recaen, fenómeno que se produce en 10 % de los cánceres de estas características. No obstante, el oncólogo destaca que olaparib solo puede emplearse una vez, aunque en cualquier línea de tratamiento, siempre que se haya producido una respuesta a platino en cualquier recaída. Sin embargo, González también adelanta que “no se descarta su empleo en más líneas. Esta posibilidad constituye una nueva línea de investigación”.
Lynparza tiene un peculiar mecanismo de acción basado en la reparación de los daños del ADN. Por un lado, actúa de forma selectiva sobre la mutación en el gen BRCA, pero es que, además, bloquea otro sistema de reparación del ADN: las enzimas PARP, “lo que supone que la célula carezca de mecanismos eficientes de reparación genética y se produzca, por tanto, la muerte celular”.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recomienda realizar determinaciones del gen BRCA, por sus implicaciones diagnósticas, predictivas y de consejo genético. “La determinación de las mutaciones en el gen BRCA en oncología se lleva a cabo desde hace unos 15 años, pero siempre con intención preventiva, fundamentalmente cuando existe un riesgo aumentado por historial familiar, por ejemplo, sobre todo en cánceres de mama y ovario. El gen BRCA está mutado en 10-15 % de los casos de cáncer de ovario”, explica Pérez Segura. La determinación puede llevarse a cabo en sangre periférica, saliva o mucosa oral y siempre se analizan los genes BRCA1 y BRCA2. “Es una realidad palpable que la determinación de las mutaciones en este gen reduce la incidencia de cáncer y aumenta la supervivencia”.
Potencial efecto preventivo
Además de su posible utilización en varias líneas de tratamiento, olaparib también es objeto de estudio como fármaco preventivo de recaídas, en mujeres con cáncer de ovario con BRCA mutado y que acaban de recibir quimioterapia, adelanta Antonio González quien, para establecer un simil con otras moléculas diseñadas para este fin, indica que “sería como tamoxifeno en cáncer de mama”. Los datos del estudio internacional SOLO-1, patrocinado por AstraZéneca, que está concretando su beneficio en la prevención, se conocerán en 2019. Un grupo cooperativo lleva a cabo además el ensayo SOLO-2 (cuyos resultados podrían estar cerrados el próximo año), que se centra en recaídas.
Enero 29/2016 (Diario Médico). Fuente: Noticias Al Día
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