2015 Archivos

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27-11-15

Evaluación en el primer trimestre del riesgo de preeclampsia precoz

cesarea_urgenteLos trastornos hipertensivos con secuelas adversas (parto pretérmino, morbilidad y mortalidad materna y riesgo de enfermedad cardiovascular materna a largo plazo) complican de 5 a 10 % de los embarazos. La temprana identificación de gestantes en riesgo de desarrollar preeclampsia precoz permitiría, teóricamente, la referencia para una vigilancia más intensiva o la aplicación de tratamientos preventivos para reducir el riesgo de agravamiento de la enfermedad. En la práctica, sin embargo, la efectividad de tal triaje se vería obstaculizada por el bajo valor predictivo positivo para la preeclampsia precoz reportado en la literatura. Pese al modesto valor predictivo para la evaluación en el primer trimestre del riesgo de preeclampsia y la carencia de datos que demuestren mejoría de los resultados clínicos, se están comercializando tests para predicción de preeclampsia desde el primer trimestre. El registro de una detallada historia clínica para evaluar los factores de riesgo es actualmente la mejor y única recomendada forma de investigar la preeclampsia.
Esta debe mantenerse como el método de pesquisa para preeclampsia hasta que los estudios demuestren que la aspirina u otras intervenciones reducen su incidencia en mujeres en alto riesgo, basándose en tests predictivos aplicados en el primer trimestre.

Vea más en:

ACOG. First-Trimester Risk Assessment for Early-Onset Preeclampsia.
COMMITTEE OPINION. Number 638 • September 2015. Committee on Obstetric Practice
[Documento aprobado por la Sociedad de Medicina Materno Fetal (Society for Maternal–Fetal Medicine)]. Este refleja avances científicos y clínicos hasta la fecha de su emisión y está sujeto a cambio. Esta información no debe ser tenida en cuenta para dictar un modo exclusivo de conducta o procedimiento a seguir.

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Estimados colegas:

prof-maria-luisa-hernandez3En la noche del sábado 28 de noviembre falleció, a la edad de 74 años, la querida Profesora María Luisa Hernández Méndez. Ello constituye una sensible pérdida para la comunidad de ginecobstetras y especialmente para el departamento docente del Hospital Ramón González Coro. La profesora Auxiliar y Consultante Dra. María Luisa Hernández Méndez, especialista de II grado en Ginecología y Obstetricia, Máster en Atención Integral a la Mujer, contribuyó por más de 40 años a la formación de varias generaciones de estudiantes y jóvenes. Ostentaba las medallas: Distinción por la Educación Cubana, José Tey y Frank País de II grado, entre otros reconocimientos. Lleguen las más sentidas condolencias de nuestra Junta de Gobierno y Grupo Nacional a todos sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. Sus restos fueron incinerados por voluntad familiar.

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01-12-15

Importantes recursos para la redacción y evaluación de artículos científicos

hombre-escribiendo-una-cartaEl Centro virtual para el aprendizaje y la investigación en salud propone: Manifiesto de Leiden: diez principios para el uso de los indicadores cienciométricos en la evaluación de la investigación científica y un grupo de valiosos trabajos, entre los que se hallan los Conocimientos básicos para elaborar un artículo científico […]: 1. saber leer para saber escribir, 2. revisión por pares o arbitraje, 3. guías para la elaboración de artículos según tipo de estudio, 4. discusión y bibliografía, 5. aspectos éticos, 6. tablas y figuras, 7. la estadística, 8. métodos y resultados, 9. título, resumen e introducción, 10. dónde publicar, 11. la forma, 12. el contenido, 13. Diez pasos esenciales para la elaboración de un artículo científico, 14. ¿Cómo elaborar un resumen para un congreso científico? […] Claves para el éxito: 16. […] en la confección de una presentación en Power Point, 17. […] en la elaboración y presentación de un póster científico [Más]

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Si nos encontramos tomando ese trozo extra de pastel dulce de chocolate a pesar de no tener hambre, la culpa podría ser de la escasez de una hormona en nuestro cerebro, que estaría causando que comamos de más, puramente por placer.

A juzgar por los resultados de una investigación reciente publicada en Cell Reports , donde se evidencia que la escasez de cierta hormona está relacionada con una marcada preferencia por los alimentos grasos y con una mayor tendencia a comer por placer en vez de por hambre.

El equipo de Vincent Mirabella y Zhiping Pang, de la Universidad Rutgers en New Jersey, Estados Unidos, ha encontrado que cuando se redujo la hormona GLP-1 en el sistema nervioso central de ratones en experimentos de laboratorio, estos animales comieron más allá de lo necesario para abastecerse de las calorías requeridas y mostraron una mayor preferencia por comida con contenidos elevados de grasa.

En cambio, cuando los autores del estudio aumentaron la señalización de la GLP-1 en los cerebros de los ratones, se logró bloquear esa preferencia.

La hormona GLP-1 tiene muchas funciones, incluyendo cómo regulan nuestros cuerpos los comportamientos de alimentación. Es segregada desde células que se hallan tanto en el intestino delgado como en el cerebro, y se supone que permite a este último saber cuándo hemos comido lo necesario.

No ha estado claro cómo contribuye la GLP-1 liberada en el cerebro a la regulación del apetito. Aunque esta no es la única razón por la que las personas comen de más, el estudio proporciona nuevas pruebas de que actuar sobre las neuronas en el sistema mesolímbico de la dopamina, un circuito de recompensa cerebral, en vez de sobre todo el cuerpo, podría ser una mejor forma de controlar la glotonería y la obesidad con menos efectos secundarios.

En el estudio, los investigadores hallaron que activar la hormona GLP-1 en el sistema mesolímbico obstaculizaba las señales entre neuronas que se comunican entre ellas para controlar los comportamientos de recompensa, incluyendo la alimentación. El resultado fue que los ratones consumieron menos comida en total y, aún más importante, que perdieron la preferencia por los alimentos con alto contenido de grasa.

Diciembre 01/ 2015 (Noticias de la Ciencia)

Fuente: Noticias Al día

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Tomates, legumbres, repollo, papas y carnes son tan sólo algunos de los alimentos ricos en potasio y bajos en sodio que ayudarían a reducir naturalmente la presión de aquellas personas que padecen hipertensión arterial y a prevenir esta enfermedad .

El potasio, es un mineral de vital importancia en el normal funcionamiento de todas las células, incluyendo las del sistema músculo esquelético y cardiovascular por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de al menos 3,51 gramos por día en un adulto.

En este contexto, el profesor Carlos Vio, investigador titular del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la Universidad Católica (CARE Chile UC) señala que aumentar la ingesta diaria de potasio a través de una dieta sobre la base de verduras, carnes y legumbres, al mismo tiempo que se limita el consumo de alimentos procesados y altos en sodio, regula naturalmente la presión arterial. De esta manera se reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares, daños renales y osteoporosis, entre otras enfermedades.

“Por el escaso sodio existente en nuestros alimentos naturales evolucionamos desde la prehistoria hasta nuestros tiempos con mecanismos que conservan el sodio. Sin embargo, en esta época nuestra alimentación tiene exceso de sodio y déficit de potasio”, explica Vio. Y agrega: “Las células, animales y vegetales, en su interior poseen 140 miliequivalentes de potasio y 10 miliequivalente de sodio. La misma relación debería tener nuestra comida, sin embargo, nuestra alimentación actual se compone de 200 milimoles diarios de sodio y de 50 o menos milimoles de potasio al día”.

El investigador explica que el exceso de sodio en nuestra alimentación se debe a que si bien las células vegetales son ricas en potasio y pobres en sodio, cuando estos alimentos se procesan, se rompen las células y se agrega sodio como preservantes. Al mismo tiempo, la industria elimina el potasio natural de los alimentos. El investigador explica que la deficiencia moderada de potasio puede generar una presión elevada, enfermedades renales, un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente cerebro-vasculares; osteoporosis y riesgo de desarrollar cálculos en el riñón.

De igual forma, explica el mecanismo a través del cual el potasio reduce el sodio del cuerpo: “El potasio elimina sodio a través de la estimulación de una hormona renal llamada calicreina y otros mecanismos que estamos investigando”, afirma Vio, quien junto con un equipo trabajan para encontrar nuevos tratamientos de las enfermedades renales y la hipertensión arterial.

El riñón desempeña un papel protagónico en la regulación arterial ya que produce hormonas como la calicreina y otras, que participan en el control del tono vascular y en la eliminación de sodio y agua. En este escenario, el investigador recalca lo importante que es contabilizar y reconocer nuestro consumo de potasio diario. “Sin embargo, no sabemos cuánto potasio estamos consumiendo debido a que este mineral no está contabilizado en el etiquetado de los alimentos procesados, ni fue incluido en la nueva ley”, asevera.

En Estados Unidos el aumento de la ingesta de potasio es considerado un tema de salud pública. Su presencia en comidas procesadas será incorporado en el nuevo etiquetado de los alimentos por orden de la Food and Drug Administration (FDA). “Tenemos evidencia de que las personas no están consumiendo suficiente cantidad de este mineral para protegerse de enfermedades cardiovasculares”, reza el informe, que agrega: “Si una persona tiene preocupación por su presión arterial debería prestar atención a los niveles de sodio y potasio que está consumiendo”.

La hipertensión arterial, es decir, el alza no controlada de la presión en las personas origina la mitad de las muertes en el planeta. Según un informe de la OMS, publicado en 2013, esta condición afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo y es un factor clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.

En Chile, el escenario es similar pues un 30 % de la población padece de este mal, es decir, 3 600 000 personas según los registros de la última Encuesta Nacional de Salud, realizada por el Ministerio de Salud.

El nivel educacional de quienes padecen hipertensión es un factor clave en el desarrollo y prevalencia de este mal. Los datos que reveló la Encuesta Nacional de Salud establecen que un 51,1 por ciento de quienes desarrollan la hipertensión, tienen un nivel educacional considerado “bajo”. Estudios epidemiológicos en el mundo de la hipertensión, establecen que en países de altos ingresos un 46,7 por ciento de los enfermos de hipertensión son tratados y un 19 por ciento tienen su enfermedad controlada, versus los países de ingresos bajos donde un 40,8 por ciento de la población está al tanto de su enfermedad y 12,7  %  la tiene controlada.

“La solución para aquellos enfermos de hipertensión que no reciben tratamiento o fármacos de mala calidad porque pertenecen a un estrato económico y social bajo está en su alimentación. Aquellos pacientes deben comer menos sodio y más potasio. La dieta actual no solo debe contar calorías sino que contar contenido de potasio. Por lo mismo siempre recomiendo a los pacientes tratar de que su alimentación contenga la menor cantidad de alimentos procesados posible y la mayor cantidad de legumbres, como porotos, garbanzos y lentejas, verduras como espinaca repollo y acelga y frutas como pera, ciruela y damasco, o carnes pero naturales”, sentencia Vio.

Las investigadores de CARE Chile UC están enfocados en conocer y entender los mecanismos de enfermedades asociadas al envejecimiento, puesto que establecer sus causas y desarrollo permitirá diseñar nuevos tratamientos que mejorarán la calidad de vida de una población que cada día es de mayor edad.

En este contexto, el centro desarrolla investigación de punta en males como el Alzheimer, hipertensión, obesidad, distrofia muscular, biología regenerativa, señalización celular, infarto cerebral y cáncer. Una de sus investigaciones relaciona el síndrome metabólico con la aparición de Alzheimer, así como estudios que avalan la utilización de la Hierba de San Juan para el tratamiento de esta letal enfermedad.

diciembre 01/ 2015   (UC/DICYT)

Fuente: Noticias Al día

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El trabajo, en el que han participado 302 individuos, analiza algunas de las variables que parecen influir en la capacidad de perdonar: percepción de la gravedad de la ofensa, empatía, afecto negativo y dependencia emocional.

Investigadoras de la Universidad de Granada, pertenecientes al centro Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han llevado a cabo dos estudios sobre el perdón cuando se producen transgresiones en las relaciones interpersonales, incluyendo la amistad o las relaciones de pareja.

El trabajo, publicado en Psychosocial Intervention,  y en el que han participado 302 voluntarios, revela que las expresiones de perdón sirven para reparar y mejorar las relaciones interpersonales, pero no conllevan necesariamente una reconciliación entre las partes. En la investigación se analizaron variables que influyen en la capacidad de perdonar: la gravedad percibida de la ofensa, empatía, afecto negativo y la dependencia emocional.

En el primer estudio participaron 101 estudiantes universitarios (79 mujeres y 22 hombres), con una media de edad de 21 años. En él se examinaron diferentes tipos de traiciones que pueden tener lugar bien en una relación de amistad, o bien en una relación de pareja. También se analizó qué tipo de traición, de entre todas las informadas por los participantes, se percibía con mayor gravedad.

Mentiras, desprecio, insultos e infidelidad

Respecto a las traiciones relacionadas con la pareja, las indicadas por los participantes fueron: mentiras, desprecio, o insultos (41,7 %), infidelidad (33,3 %), celos o posesión (14,6 %) y, por último, traición de su confianza (10,4 %).

En cuanto a las traiciones relacionadas con la amistad, las relatadas por los participantes fueron: mentiras, desprecio, o insultos (49 %), traición de su confianza (32,7 %) y celos o posesión (18,3 %). Los resultados de este estudio mostraron que, de todas las traiciones informadas, la infidelidad es la que se percibe como la de más gravedad.

El segundo estudio estuvo formado por 201 participantes de población general (101 mujeres y 100 hombres), con edades comprendidas entre los 18 y 72 años y una media de edad de 28,84. Se examinó la influencia del género, así como las distintas variables relacionadas con el perdón ante una traición de infidelidad (resultado más importante del estudio anterior).

Se analizaron variables que influyen en la capacidad de perdón: la gravedad de la ofensa, empatía, afecto negativo y la dependencia emocional

Los resultados mostraron que las mujeres (en comparación con los hombres) perciben como más negativas las consecuencias que se derivan de este tipo de traición y que experimentan emociones más negativas. Además, y también en el caso de las mujeres, las emociones negativas (tristeza, enfado o desilusión) median la relación entre la gravedad percibida de la traición y el perdón. “Esto quiere decir que, cuanto más grave perciben las mujeres la traición, mayores serán las emociones negativas experimentadas, dando lugar a un menor perdón hacia la pareja”, apunta Ana Beltrán Morillas, investigadora del CIMCYC y una de las autoras de este estudio.

El perdón es un mecanismo a través del cual se reducen los comportamientos negativos que surgen como consecuencia de una traición que la persona experimenta. “Mediante el perdón, las personas pueden influir en su comportamiento dejando atrás el odio, rencor o ira y tratar de motivarse para comportarse de manera más positiva con la persona que las ha ofendido”, apunta la investigadora de la UGR.

Perdonar o no al ofensor depende del contexto relacional en el que ocurre la ofensa. Es decir, el tipo de relación que la persona herida o víctima mantenga con la persona que traiciona va a suscitar unas necesidades psicológicas u otras, que influirán en la decisión de perdonar.

Expectativas

“Por ejemplo, en las relaciones de pareja, las expectativas que tienen los miembros de la relación se basan fundamentalmente en la preocupación de uno por el bienestar del otro, en el apoyo, y en la ayuda incondicional. Sin embargo, las expectativas que existen en otras relaciones (compañeros de trabajo o vecinos, por ejemplo) son distintas, no sintiéndose responsables del bienestar de la otra persona”, destaca Beltrán Morillas.

Las autoras de la investigación consideran que es fundamental seguir avanzando en el estudio del perdón en las relaciones de pareja, “ya que este proceso puede ayudarnos a mantener relaciones más saludables, así como un mejor funcionamiento psicológico que nos garantice mayores oportunidades para conocer cuál ha sido el motivo por el que ha ocurrido la traición y nos ofrezca posibilidades de cambio”.

Parte de esta investigación ha recibido recientemente el XIV Premio Juan Huarte de San Juan de Psicología Aplicada, otorgado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental (COPAO).

diciembre 01/ 2015 (JANO)

Fuente: Noticias Al día