Un placer si es fisiológico un sufriento si no lo es
Otra alteración, ya que no se puede llamar patología, que obliga a sonreir es algo tan contagioso como el bostezo. Hay constancia de que en 1880, una paciente de 15 años bostezó, para aburrimiento de aquellos que le rodeaban, durante cinco semanas ininterrumpidamente
Fuente:http://idd0073h.eresmas.net/jue2.htm
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