Toxicidad por anestésicos locales
La primera anestesia local en nuestro país fue practicada por Fernando González del Valle, el 19 de Septiembre de 1866, en el Hospital San Francisco de Paula, por el método de pulverización de éter con el aparato de Richardson; acogida por el cuerpo médico con curiosidad, sólo se practicaron con ella operaciones pequeñas y pronto fue abandonada. 1
Los anestésicos locales (AL) son medicamentos muy utilizados en la práctica anestésica, en especial en centros que manejan procedimientos bajo técnicas regionales; una herramienta en el
tratamiento o prevención del dolor agudo o crónico y en el manejo de dolor con fines diagnósticos o para establecer pronóstico. A pesar que la presentación de efectos adversos por los mismos no es frecuente; es de gran importancia su estudio, pues la severidad de la toxicidad debido al riesgo por su administración inadecuada (dosis altas, ubicaciones no apropiadas, entre
otras) se asocia a una alta mortalidad5.
En una ojeada estadística avanzando en el tiempo, diferentes autores podemos escribir los siguientes datos: bloqueo epidural 100 por cada 10,000 pacientes en 1981 (Kenepp y Gutsche), 20 por cada 10,000 en bloqueos de nervios periféricos en 1995 (Brown), ya para el año 2002 en este mismo procedimiento Auro y colaboradores tenían una incidencia de 7.5 por cada 10,000 procedimientos.6En un estudio del año 2003 sobre los acontecimientos adversos sucedidos durante la cirugía bucal y máxilo facial en el estado de Massachusetts, el que más veces se asoció al uso de anestésicos locales fue el síncope, que ocurrió en 1 de cada 160 pacientes. Por el contrario, 17 de cada 180.000 presentaron una crisis convulsiva y 12 algún tipo de efecto secundario cardíaco.7
Dr. Carlos Vilaplana Santaló
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