En un escenario internacional marcado por la recesión pospandémica, conflictos bélicos, inflación y dificultad para el acceso a la atención médica básica, las naciones de bajos y medianos ingresos (Low and middle income countries, LMIC) sufren carencias logísticas, materiales y de personal cualificado para cubrir las necesidades sanitarias elementales.
La Anestesiología, como especialidad integral que implica un rol significativo en la medicina perioperatoria, tratamiento del dolor y cuidados críticos, interviene de forma activa en la mejoría de la calidad de vida de los pacientes, así como su reinserción social y laboral.
Se ha estimado que las necesidades de anestesiólogos a nivel mundial duplican la plantilla existente (alrededor de 436 596 especialistas), de los cuales, solo el 12 % labora en LMICs, donde se atiende cerca del 48 % de la población global.
El volumen tan elevado de pacientes, complementario a las carestías permanentes en el acceso a equipos, dispositivos y medicamentos, atentan no solo contra la calidad de la atención perioperatoria, sino contra la posibilidad de desarrollar investigaciones científicas que permitan avanzar en el desarrollo de la especialidad.
La publicación de estudios relevantes diseñados y ejecutados en entornos de recursos limitados es muy escasa. Entre los factores causales se pueden dilucidar los costos económicos prohibitivos que imposibilitan la publicación de un artículo en una revista de
impacto, así como la proliferación de revistas depredadoras o ilegítimas, que absorben los manuscritos de autores ingenuos, tentados por la promesa de una publicación rápida en una revista foránea, sin conocer de antemano las consecuencias éticas y jurídicas desfavorables que pueden experimentar.
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