La anestesia ha sufrido una profunda transformación en los últimos 30 años debido a múltiples causas. Algunas de las más importantes han sido la incorporación de los microprocesadores en equipos médicos, la revolución de los sistemas de información y la incorporación en la medicina de los sistemas de control de procesos.
El recordar cómo era la anestesia en 1980 y compararla con la actual nos da una idea de la profundidad del cambio. En esa época, durante una anestesia general, teníamos que tomar la presión arterial con el baumanó metro cada 5 minutos, palpar continuamente el pulso en la arteria radial, administrar los medicamentos en bolos cada vez que se requerían.
Cuando no se intubaba, se tenía que sostener continuamente con una mano la mascarilla sobre la cara del paciente, y con la otra, ventilar manualmente para controlar o asistir la ventilación a veces durante largas horas. Además, se tenía que estar escuchando continuamente el latido cardíaco y la ventilación pulmonar con un estetoscopio precordial conectado a una pieza auricular que hacíamos nosotros mismos.
Al mismo tiempo debía mos observar continuamente el campo quirúrgico, los flujómetros de los gases para evitar mezclas hipóxicas, la permeabilidad de las líneas vasculares, la velocidad de infusión de las soluciones, el color de la sangre y la perfusión periférica del paciente. El anestesiólogo era dibujado como un ser con 8 brazos, grandes orejas y visión de gran angular. Afortunadamente en esa época el trabajo del anestesiólogo se iniciaba con la evaluación anestésica y terminaba cuando el paciente despertaba en la sala de recuperación anestésica.
Reflexiones acerca de la investigación en anestesia en México
Editorial invitado Vol. 30. No. 1 Enero-Marzo 2007
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