tratamiento

Los últimos 50 años han transcurrido dentro de una era de innovación tecnológica que converge con la cultura, ahora dominante, de probar hipótesis utilizando ensayos clínicos y metodología de cohortes de casos con análisis estadístico riguroso. Se han realizado grandes avances en el diagnóstico precoz y, especialmente, en una terapia primaria menos tóxica y desfigurante. Ampliar…

Una terapia experimental para la enfermedad de Parkinson (EP) parece reducir sus síntomas mediante la reorganización funcional de la conectividad cerebral. Los investigadores seleccionaron a 15 pacientes con EP que en un ensayo anterior habían recibido ácido glutámico decarboxilasa (GAD), una enzima neuronal involucrado en la síntesis del neurotransmisor GABA, en el núcleo subtalámico. Ampliar…

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Los científicos saben que el proceso con el que la célula recicla sus componentes, la autofagia –protagonista del Nobel de Medicina 2016–, puede provocar la muerte celular. Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto cómo, utilizando para ello el principal componente activo del cannabis, el THC. En estudios In vitro y en ratones los investigadores han comprobado el potencial de este cannabinoide a la hora activar la autofagia, lo que podría abrir la puerta a nuevas terapias. Ampliar…

Un estudio ha revelado aspectos desconocidos hasta ahora sobre la biología de células madre pluripotentes, una alternativa muy prometedora para el tratamiento de distintas patologías y, en especial, para trastornos inducidos por daño o degeneración de los tejidos, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o el ictus. Ampliar…

Unos científicos han encontrado una combinación de fármacos que puede desencadenar el proceso de autodestrucción en las células cancerosas de pulmón.

Cuando las células sanas dejan de ser útiles, inician una cadena de eventos que culmina con su autodestrucción. Pero las células cancerosas eluden este camino suicida y se convierten en «inmortales». Esto significa que las células afectadas se pueden dividir un número infinito de veces, mientras las condiciones de su entorno sean adecuadas. El resultado es que crecen sin control, haciendo que se formen tumores.

El descubrimiento, presentado en el marco de un congreso reciente del Instituto Nacional británico de Investigación del Cáncer (NCRI) en la ciudad de Liverpool, abre un camino hacia el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer.

Usando células cancerosas de pulmón y ratones, el equipo de Henning Walczak, del Instituto Oncológico adscrito al University College de Londres en el Reino Unido, comprobó que la combinación de dos fármacos, llamados TRAIL e inhibidor de CDK9, alteraron los interruptores moleculares en el proceso de suicidio celular, de tal modo que la reprogramación resultante forzaba a las células de cáncer a autodestruirse.

Una vía de tratamiento como esta, al evitar ataques directos que puedan causar daños colaterales en células sanas, y en vez de eso hacer que sean las propias células cancerosas, y solo ellas, las que se autodestruyan, podría representar un avance formidable en la lucha contra el cáncer.

El próximo paso en esta alentadora línea de investigación será constatar cómo funciona este método en otros tipos de cáncer. Si no surgen complicaciones, la técnica finalmente podría ser probada en humanos mediante ensayos clínicos.
diciembre 2/2014 (NCYT)

Antonella Montinaro, Johannes Lemke, Silvia von Karstedt, Henning Walczak.Selective CDK9 inhibition overcomes TRAIL resistance in NSCLC.NCRI Cancer Conference.Cancer Institute, University College London

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Las células madre tumorales pueden ser identificadas por sus capacidades fluorescentes, lo que ayudará a implementar tratamientos más eficaces, según un estudio publicado en la Revista «Nature Methods».
Ese tipo de células son responsables del origen del cáncer y de la resistencia del organismo a los tratamientos como la quimioterapia, y su detección resulta compleja ya que de toda la masa tumoral, representan solo el uno o dos por ciento.
El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en España, es líder de un proyecto que ha caracterizado un nuevo marcador específico de las células madre cancerígenas: la riboflavina o vitamina B2, un pigmento que emite fluorescencia verde como resultado de su acumulación en vesículas intracelulares.
La propiedad luminosa permite rastrear y aislar las células sin la utilización de anticuerpos y de otras técnicas de mayor dificultad y costes económicos, ya que es una vía sencilla y barata, explica el estudio.
La presencia de la Vitamina B2 en las células madre tumorales se debe al aumento de la proteína ABCG2, responsable del transporte de dicha vitamina hacia el interior de las vesículas intracelulares que confieren luminosidad a las células, aunque la justificación de este fenómeno aún no está claro, señala.
La meta de la investigación está en la evolución de los tratamientos para el cáncer ya que al realizar una biopsia en la que se puedan separar las células autofluorescentes se pueden obtener mejores resultados en cuanto a su sensibilidad a los fármacos, indican los autores del trabajo.
La investigación pretende ganarle algo de tiempo a la rapidez con la que se expanden las células cancerígenas en un cuerpo humano, mediante las pruebas de medicamentos que puedan impedir su avance y probablemente detectar el origen de la enfermedad en cada caso.
Hasta el momento las pruebas se realizan en varios tipos de tumores y muestras de pacientes con cáncer de páncreas, hígado, colon y pulmón.
octubre 2/2014 (PL)
Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2014 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Investigadores del Instituto Salk en California modificaron la estructura de la vitamina D para que los medicamentos antitumorales entren en las células cancerosas del páncreas y tengan efecto, publicó la revista «Cell».
De acuerdo con esa publicación científica, las células tumorales del páncreas crean una muralla de células a su alrededor.
A su vez, producen señales que hacen que el tejido adquiera densidad y se inflame, lo cual promueve el crecimiento e impide que los medicamentos lleguen a las células cancerosas.
Pero los investigadores hallaron que la vitamina D inactiva las células responsables de la formación de esa barrera.
En efecto, las células que componen el tejido presentan un nivel alto de receptores de vitamina D, de tal forma que al introducirles esa vitamina en forma de inyección el tejido que cubre el tumor se rompe.
La vitamina D no ataca a las células cancerosas, pero hace que el medio que rodea al tumor sea más favorable para los tratamientos de quimioterapia, explicó Michael Downes, uno de los investigadores del estudio.
El experimento realizado con ratones demostró que aquellos a los cuales se les inyectó vitamina D modificada vivieron un 50 % más que los tratados con medicamentos tradicionales.
Aunque los resultados en humanos son aún inciertos, los hallazgos en animales aumentan la esperanza de que las pruebas clínicas conducirán un nuevo tipo de terapia, afirmó Ronald Evans, director de la investigación.
El cáncer de páncreas es considerado uno de los más letales, pues debido a los tejidos densos e inflamados de ese órgano, se cierra y resiste a la radiación y la quimioterapia.
Según estadísticas, el 94 % de pacientes con esta enfermedad fallece.
Solo en Estados Unidos de 46 mil personas que lo sufren cada año, 40 mil mueren, según el Instituto Nacional de Salud de esta nación norteña.
octubre 2/2014 (PL)
Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2014 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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