tabaco

El medicamento experimental ZMapp contra el virus del Ébola, producido en plantas de tabaco, parece darle más futuro a esta planta, que parecía tener sus días contados por los recortes de subvenciones y campañas antitabaco en todo el mundo.
Es que el tabaco cuenta con dos grandes ventajas para la producción de medicamentos. Sus genes se pueden manipular fácilmente, y su producción es muy alta.
Se está empleando en forma experimental para fabricar albúmina humana, de uso esencial a nivel hospitalario. Tanto en este caso como en la producción contra el virus del Ébola, la clave reside en la introducción de genes humanos en el genoma de la planta, un tipo de cultivo transgénico que no ha provocado reacciones de rechazo.
En cuanto a un tema económico, los productores europeos de tabaco podrían recibir con esperanza cualquier uso alternativo de este vegetal, pero reconocen que hasta ahora no hay ninguna iniciativa de esa clase que pueda aliviar los campos. De una situación inicial en que el 80 % de sus ingresos venían de subvenciones europeas, y solo el 20 % se cubría con la comercialización, se ha pasado a la situación contraria. Por lo tanto, el sector ve con bastante angustia la eliminación completa de las subvenciones previstas para 2015. Pero si los cultivos tuvieran objetivos médicos, la UE tendría que prescindir de sus prejuicios, consideran las autoridades del Grupo Consultivo de Tabaco que asesora a Bruselas.
Pero la reciente muerte del misionero español Miguel Pajares demuestra que el ZMapp no es una panacea todavía. También es cierto que este paciente recibió el medicamento experimental en una fase muy avanzada de la enfermedad, y que los dos cooperantes norteamericanos tratados con el mismo producto, y que lo recibieron antes de ser repatriados, están evolucionando muy bien. De hecho,  aseguran que su recuperación comenzó a notarse apenas una hora después de recibir el fármaco experimental.
Esto ha movido a la Organización Mundial de la Salud a autorizar su administración en países africanos afectados, a pesar de la inexistencia de ensayar clínicos que lo precedan.
Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego, California, comenzó su actividad en 2003, y consiguió hace dos años su resultado más prometedor hasta la fecha. En un ensayo con macacos rhesus hecho en colaboración con instituciones gubernamentales y publicado en PNAS (doi: 10.1073/pnas.1213709109), los científicos de la empresa mostraron que su flamante anticuerpo monoclonal, llamado ZMapp, era capaz de proteger contra el ébola en esos primates no humanos. Este es por lo general el último protocolo que debe cumplimentar una nueva molécula para que los reguladores le autoricen un ensayo clínico. Que la OMS autorice su uso en humanos es excepcional, y da una idea de la gravedad de la crisis africana.
Los ensayos con monos ya revelaron un claro efecto del tiempo. Cuando ZMapp se administró una hora después de la infección, todos los monos se salvaron; cuando se hizo 48 horas después de la infección, se salvaron dos tercios. La investigación fue encabezada por el virólogo militar Gene Olinger, del Army Medical Research Institute of Infectious Diseases (Usamriid). «Hasta ahora, todos los intentos de usar anticuerpos para proveer protección contra el virus Ébola habían fracasado», explica este científico del ejército en una nota de Mapp Biopharmaceutical. «El nivel de protección contra la enfermedad (del nuevo anticuerpo) es impresionante», añade en referencia a los resultados en monos.
ZMapp es en realidad un cóctel de anticuerpos monoclonales desarrollado inicialmente en un ratón modelo de infección por Ébola, según la información facilitada por la empresa. Un anticuerpo monoclonal es una especie química homogénea (una proteína concreta), a diferencia de las colecciones complejas de anticuerpos, más bien irreproducibles, que se obtienen extrayendo sangre a animales infectados.
Los genes para estos anticuerpos fueron después adaptados para su uso en humanos (humanizados, en la jerga) y transferidos a plantas de tabaco para su producción eficaz y barata. El presidente de Mapp, el científico Larry Zeitlin, coordinador del estudio publicado en PNAS, asegura que el fármaco obtenido de tabaco es muy superior al producido en sistemas convencionales, como las células de mamífero en cultivo. El tabaco ahorra tiempo, aumenta la cantidad de anticuerpo monoclonal producido y reduce mucho el coste de producirlo. Adaptar el sistema a la generación de un nuevo anticuerpo solo lleva dos semanas.
Lo cierto que la firma de San Diego y la propia Organización Mundial de la Salud se están jugando mucho: si las dosis de ZMapp enviadas a los países africanos que están sufriendo por el virus del Ébola resultan no ser útiles, será un gran problema para la empresa que lo fabrica, y para el organismo de las Naciones Unidas que lo autorizó saltándose sus propios protocolos. Pero si el medicamento salva vidas, habrá lugar para un argumento sólido para acelerar los mismos procedimientos en otros casos, y el tabaco podrá opacar su reputación de mortal.
agosto 20/2014 (Diario Salud)
Gene Garrard Olinge, James Pettitta, Do Kimb, Cara Workingc, Ognian Bohorovb, Barry Bratcherc, Larry Zeitlinb.Delayed treatment of Ebola virus infection with plant-derived monoclonal antibodies provides protection in rhesus macaques.PNAS.Ago 7, 2012

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El tabaco provoca estrés oxidativo y destrucción celular independientemente de la cantidad de tabaco consumido y de la edad, según un estudio en el que ha participado la Universidad CEU San Pablo y que ha sido publicado en Archivos de Bronconeumología (DOI: 10.1016/j.arbres.2013.04.004).

Los resultados de la investigación indican que los fumadores y los exfumadores muestran unas concentraciones de nonanal superiores a la de los no fumadores, en los que su existencia es casi nula. Antonio Aguilar-Ros, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo y miembro de la investigación, especifica que no se han tenido en cuenta dentro de la muestra a los fumadores pasivos y que para la consideración de un fumador como tal, «se han tomado como referencia los criterios de la sociedad científica».

Durante el estudio se analizaron diferentes compuestos orgánicos volátiles en el aire exhalado de un total de 89 pacientes con distintas patologías respiratorias. Para el análisis de los mismos, se les asignó un grupo en función del consumo de tabaco: 35 no fumadores, 24 exfumadores y 30 fumadores activos. Para la obtención de resultados se utilizaron técnicas de desorción térmica, cromatografía de gases y espectrometría de masas para la interpretación de seis compuestos orgánicos volátiles, cuya identificación y cuantificación se llevó a cabo mediante el tiempo de retención, su espectro de masas, así como la comparación con estándares cromatográficos. La presencia de nonanal en los pacientes muestra que las personas fumadoras padecen un claro daño celular que podría derivar en una patología inflamatoria o tumoral. Además, esta presencia en individuos que abandonaron el hábito de fumar mucho tiempo atrás, indica que la lesión celular podría permanecer a largo plazo, aunque no se ha podido determinar su duración exacta o el cese de su aparición.

Por ello, el análisis confirma que el tabaco es una causa de estrés oxidativo ya que provoca la destrucción de las células y la aparición de compuestos orgánicos volátiles dañinos para la salud. A pesar de esos indicios, no se puede establecer una relación clara entre la cantidad de tabaco consumido y niveles del nonanal, aunque mientras más se prolongue este hábito más riesgo existirá de padecer otro tipo de enfermedades. Por ello, es necesario tener en cuenta que el estrés oxidativo produce daños irreversibles estructurales y funcionales de las células, como alteraciones en proteínas esenciales, peroxidación lípida, rotura de cadenas y variaciones de las bases nitrogenadas del ADN, un aumento intracelular elevado de Ca2+ libre e incluso apoptosis y necrosis. Aun así, Aguilar-Ros aclara que «el daño en la membrana celular es un factor más, y no es determinante sino acumulativo a otra serie de factores de riesgo de sufrir una patología inflamatoria o pulmonar».

«Arma de doble filo»
Además, el profesor considera este estudio una «arma de doble filo» a la hora de influir en la iniciación e incidencia de este hábito, ya que podría disuadir a posibles nuevos fumadores de iniciarse en su consumo por riesgo de adquirir un deterioro celular permanente, pero también desestimar la decisión de abandonar el hábito a los que ya son fumadores por la noción de que el daño ya adquirido no se eliminará. Sin embargo, Aguilar advierte de que aunque el daño celular sea permanente, mientras más se alarga el consumo de tabaco, mayores son las probabilidades de desarrollar enfermedades pulmonares.

En esta investigación en la que participa la Universidad CEU San Pablo, financiada por el Instituto de Salud Carlos III, Neumomadrid 2008 y SEPAR 2010, también han colaborado el Hospital Central de la Defensa, el Hospital 12 de Octubre, la Universidad Complutense y la de Alcalá de Henares.

Próximas investigaciones
Este estudio forma parte de un proyecto más amplio que pretende avanzar en la detección precoz del cáncer de pulmón y clarificar los mecanismos celulares relacionados con el desarrollo de ésta y otras enfermedades pulmonares. Aguilar-Ros también ha informado de dos futuras investigaciones en este campo, una en lo referente al cáncer de pulmón y otra que indagará más sobre los efectos del tabaco, con la utilización de encuestas a fumadores y ex fumadores, cuyo objetivo consiste en desarrollar herramientas que eviten la proliferación de este hábito y su abandono por completo.
julio 29/2014  (Diario Médico)

José Javier Jareño-Estebana, M. Ángeles Muñoz-Lucasb, Belén Carrillo-Arandac, José Ángel Maldonado-Sanzd, Ignacio de Granda-Orivee, Antonio Aguilar-Rosf.Estudio de compuestos orgánicos volátiles en aire exhalado en una población clínicamente sana: efecto del tabaquismo.Arch Bronconeumol. 2013;49:457-61. – Vol. 49 Núm.11

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La máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos, el cirujano general interino, Boris D. Lushniak, amplió en su último informe la lista de dolencias que tienen el tabaquismo como causa, un texto que llega 50 años después del primer documento oficial del Gobierno que asoció el tabaco con el cáncer de pulmón.

En este documento publicado recientemente, el Gobierno de Estados Unidos considera que fumar tiene una relación de causa-efecto con el cáncer de hígado, el de colon, la diabetes mellitus de tipo dos, la degeneración macular asociada a la edad, la disfunción eréctil y la artritis reumatoide.

El tabaquismo, según el mismo informe, también provoca inflamación, pérdida de visión, perjudica el sistema inmunológico e incrementa el riesgo de morir de tuberculosis y de tener un embarazo extrauterino.

Estas enfermedades han sido asociadas al tabaquismo con anterioridad, pero en este informe el Gobierno de Estados Unidos concluye por primera vez que el tabaquismo es su causa o que estas dolencias no habrían aparecido si el paciente no hubiera fumado.

Lo que establece el informe del cirujano general no tiene carácter obligatorio ante la ley, pero sí es tomado como referencia por los investigadores y los políticos de sanidad.

La máxima autoridad sanitaria estadounidense añadió en 1990 el cáncer de vejiga a la lista de enfermedades provocadas por el tabaquismo, mientras que en 2004 incorporó el cáncer cervical.

El informe publicado concluyó que no hay evidencias suficientes para asegurar que el tabaco cause cáncer de próstata, ni tampoco de mama, pero en este último caso las pruebas son «sugerentes aunque no definitivas».

El documento también señala que los fumadores de hoy en día tienen un riesgo más alto de desarrollar cáncer de pulmón que los de hace cincuenta años, algo que se debe a los cambios en el diseño y la composición de los cigarrillos.

En 1964, el Gobierno de Estados Unidos concluyó por primera vez, en un histórico y polémico informe que cambió para siempre la concepción del tabaquismo en el país, que fumar provoca enfermedades mortales, como el cáncer de pulmón.

Desde entonces, el número de fumadores en la nación ha caído de manera notable: en 1965, el 43 % de los adultos consumían tabaco, mientras que en 2012 la cifra fue del 18 %.

A pesar de este progreso, el tabaquismo es principal causa de muerte prematura en Estados Unidos, donde cada año se cobra más de 400 000 vidas.

De hecho, más de 20 millones de estadounidenses han muerto desde 1964 prematuramente a causa del tabaquismo, que continúa siendo la primera causa de fallecimiento evitable en ese país.

No obstante, las políticas para luchar contra el tabaco han evitado unas ocho millones de muertes en la nación en los últimos cincuenta años, al tiempo que han aumentado la esperanza de vida, según un informe publicado la semana pasada por el «Journal of the American Medical Association».

Por ello, en su último informe, la máxima autoridad de Estados Unidos pide intensificar la acción política y sanitaria para luchar contra el tabaquismo.
enero 18/2014 (EFE)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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