infarto cardíaco

Un estudio con 373 pacientes  que han sufrido accidentes cardiovasculares como infarto, embolia o trombosis pone de manifiesto que el 11 % sufrirá otro infarto en un período de cinco años. Y esta proporción llega al 25 % en el caso de los fumadores que no dejan el tabaco.

Este trabajo científico se ha presentado en el 25º Congreso de Atención Primaria de CAMFiC, celebrado en el Palacio de Congresos de Tarragona los días 5 y 6 de noviembre de 2015.

Profesionales de atención primaria han elaborado este trabajo, en el que se analiza la evolución de la población que padece eventos cardiovasculares a lo largo de cinco años valorando si son fumadores, y cómo afecta esto a la enfermedad. Las variables utilizadas tienen que ver con la edad, sexo, tipo de problema cardiovascular que han sufrido, hábito tabáquico, etc. Y para los ex fumadores se ha tomado en consideración que llevaran más de un año registrados como pacientes que habían dejado el tabaco.

De las 373 personas estudiadas, hay un 37 % de fumadores, y por sexos, los hombres representan un 60 %. En resumen, atendiendo a números absolutos, se ha visto como el 25 % de los fumadores ha sufrido un nuevo evento cardiovascular (cardiopatía isquémica y otras) en 5 años, respecto al 8,7 % de no fumadores que ha vivido el mismo problema.

Los médicos de familia han revisado también si se registra oportunamente el consejo para dejar el tabaco en las consultas de los CAP, y se ha detectado un 72 % de casos en que fumadores/ex fumadores han recibido pautas saludables por parte de los profesionales de atención primaria.

La doctora Yolanda Ortega, de la CAMFiC, explica que «el consejo para dejar el tabaco es muy eficaz para la población general, pero el estudio pone de manifiesto que hay una mayor incidencia en grupos como el de estas personas que tienen un riesgo elevado derivado de su hábito tabáquico «.

Según los datos que ha puesto de manifiesto este mes de mayo la encuesta 2015 de la Semana sin Humo (777 personas entrevistadas en España), el 78,6  % de la ciudadanía que consigue dejar de fumar lo hace sin ayuda, por su cuenta, y 8 de cada 10 de estas personas no recurre a ningún tratamiento específico ni farmacológico de sustitución.

Por eso los CAP y servicios de salud se sitúan como un entorno que en el futuro puede incidir enormemente en que más población deje de fumar.

noviembre 07/ 2015 (JANO)

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Especialistas de la Asociación Nacional de Cardiólogos al Servicio de los Trabajadores del Estado (ANCISSSTE) alertaron sobre la incidencia de infartos cardiacos por sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión entre los 40 y 50 años, edad más temprana que a los 60 años, cuando son más frecuentes.

De acuerdo con un estudio  de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el infarto es la principal causa de muerte en México, pues 27 % de quienes lo sufrieron murieron en los primeros 30 días posteriores, refirió el presidente de la ANCISSSTE, Vidal González Coronado.

En una conferencia de prensa, el también cardiólogo señaló que esta cifra es superior al  9  % reportado por otros países de este organismo, por lo que llamó a la población a tener estilos de vida saludables, hacer actividad física y acudir más al médico.

En ese sentido, durante el anuncio del octavo Congreso Nacional de la ANCISSSTE que se efectuará del 8 al 11 de julio, el cardiólogo del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, Marco Antonio Alcántara Meléndez, detalló que el síndrome isquémico agudo que produce el infarto está asociado al tabaquismo, niveles altos de colesterol, herencia, obesidad, sedentarismo e hipertensión.

El síndrome coronario agudo, explicó, es una enfermedad en las arterias coronarias que al ser tapadas con placa de ateroma o colesterol malo, obstruyen el paso de la sangre, lo que causa un infarto.

Y al infartarse una parte del corazón, ésta dejará de recibir nutrientes y oxígeno, lo que provoca en general su muerte. Si se infarta una mayor cantidad de músculo cardíaco no habrá latido y el paciente tendrá riesgo de morir.

Alcántara Meléndez agregó que la mitad de quienes se infartan no alcanzan a llegar al hospital y los infartos que se presentan en la calle pueden tener hasta 30 % de mortalidad.

Por lo que es importante que el paciente preste atención a la angina de pecho, que es la manifestación clínica común cuando ocurre una obstrucción y que se traduce en dolor, falta de aire, sudoración y sensación de opresión en el pecho del paciente.

Agregó que uno de los tratamientos para destapar las arterias coronarias es el cateterismo, procedimiento que consiste en deslizar un dispositivo con el que se colocará una especie de malla que brindará soporte a la parte afectada de la arteria para permitir que la circulación de la sangre se restablezca.

No obstante, el especialista subrayó la importancia de la prevención, pues es el único modo para que existan «sociedades más informadas y cardiológicamente más sanas».

julio 06 / 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

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Mantener un estilo de vida activo mediante la práctica de aficiones sanas reduce el riesgo de un infarto cardíaco o de un infarto cerebral, según confirmó una fuente especializada.

De acuerdo con la más reciente edición de la revista British Journal of Sports Medicine (doi:10.1136/bjsports-2012-092038 ), actividades rutinarias como la jardinería son tan eficaces para evitar estas afecciones en las personas mayores como hacer ejercicio.

Para llegar a esas conclusiones, los investigadores analizaron la salud cardiovascular durante más de 12 años de cuatro mil individuos de más 60 años en Estocolmo, Suecia.

Los resultados evidenciaron que el mayor nivel de actividad física diaria se asoció con un riesgo 27 % más bajo de sufrir un infarto cardíaco o un infarto cerebral.

Asimismo, se vinculó con una reducción del 30 por ciento% de riesgo de muerte por otras causas, independientemente de la cantidad de ejercicio regular o programado que realicen las personas.

Estudios previos refieren que una dieta saludable, un peso adecuado y la práctica de ejercicios son algunos de los factores que ayudan a evitar las mencionadas afecciones malignas.
octubre 29/2013 (PL)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Elin Ekblom-Bak, Björn Ekblom, Max Vikström, Ulf de Faire, Mai-Lis Hellénius.The importance of non-exercise physical activity for cardiovascular health and longevity. Br J Sports Med . 28 Oct 2013

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Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut (Estados Unidos), y la University College London (UCL), en Reino Unido, han descubierto el mecanismo molecular por el cual nuevas arterias pueden formarse después de ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades agudas sin pasar por las arterias que están bloqueadas, según los resultados de su investigación, publicados en la revista Developmental Cell. (10.1016/j.devcel.2013.03.019).

Las arterias se forman en el útero y durante el desarrollo, pero también se pueden formar en los adultos cuando los órganos se ven privados de oxígeno, por ejemplo, después de un ataque al corazón. Los órganos liberan una señal molecular denominada VEGF y, trabajando con los ratones, el equipo de Yale-UCL descubrió que para que se formen arterias, VEGF debe unirse con dos moléculas conocidas como VEGFR2 y NRP1, y los tres trabajan como un equipo.

Los científicos examinaron a los ratones que carecían de una pieza particular de la molécula NRP1 que transporta VEGF y VEGFR2 a un centro de señalización en el interior de las paredes de los vasos sanguíneos y observaron que los órganos internos de estos roedores contenían ramas arteriales mal construidas. Además, los ratones no pueden reparar de manera eficiente la obstrucción de un vaso sanguíneo a través de la formación de nuevas arterias.

«Hemos identificado un nuevo e importante mecanismo que regula el transporte de VEGFR2 en las células vasculares», dijo el autor principal, Michael Simons, profesor de Medicina y de la Biología Celular y director del Centro de Investigación Cardiovascular de la Escuela de Medicina de Yale. «Esto abre nuevas posibilidades terapéuticas para el desarrollo de fármacos que estimulan o inhiben la formación de vasos sanguíneos, metas importantes en terapias cardiovasculares y anticancerígenos, respectivamente», añade Simons, que también es profesor honorario de Medicina en UCL.
abril 30/2013 (EP)

Anthony Lanahan, Xi Zhang, Alessandro Fantin, Zhen Zhuang, Felix Rivera-Molina, Katherine Speichinger. The Neuropilin 1 Cytoplasmic Domain Is Required for VEGF-A-Dependent Arteriogenesis. Developmental Cell 25(2) pp. 156 – 168.29 Abril 2013

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Un grupo de investigadores anunció el logro de un avance crucial en la utilización de células madres para sanar corazones dañados por infartos.
En un estudio se mostró que las células madre donadas por cualquier persona son tan seguras y efectivas como las de los mismos pacientes para la restitución del tejido cardiaco.
La investigación abarcó sólo a 30 pacientes en Miami y Baltimore pero demostró la tesis de que las células de cualquier individuo pueden ser utilizadas para atender este tipo de casos.
Los médicos manifestaron su entusiasmo por la investigación ante la posibilidad del almacenamiento de las células madre en bancos, como ocurre hoy con la sangre ahora, para su posterior utilización en pacientes que hayan sufrido infartos.
Los resultados de la investigación fueron examinados durante la conferencia de la Asociación del Corazón de Estados Unidos en California y fueron difundidos en la publicación Journal of the American Medical Association (doi:10.1001/jama.2012.25321).
Durante el estudio se utilizó un tipo específico de células madre extraídas de la médula y que los investigadores consideraron que no serían rechazadas por los receptores.
A diferencia de otras células, estas carecen de una característica crucial en su superficie que hace que el sistema inmunológico no las detecte como tejidos extraños y las ataque, explicó el jefe del estudio, el doctor Joshua Hare, de la Universidad de Miami.
Los pacientes incluidos en el estudio habían sufrido hace muchos años ataques cardiacos, algunos incluso hace 30 años.
Todos habían desarrollado un problema cardiaco porque el tejido cicatrizado tras el infarto había debilitado demasiado sus corazones, los cuales presentaban agrandamiento y flacidez, y habían perdido capacidad para bombear sangre con eficacia.
Los investigadores habían puesto un aviso para que personas suministraran la médula, la cual es retirada mediante una jeringa cuya aguja penetra el hueso de la cadera.
Las células fueron retiradas de la médula y replicadas durante un mes en un laboratorio en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore; después fueron devueltas a Miami para utilizarlas en el tratamiento, el cual no implicó cirugía.
Las células fueron aplicadas mediante un tubo insertado en una arteria en una ingle y que es llevado hasta el corazón, cerca de la zona del tejido cicatrizado. Quince pacientes recibieron células madre de su propia médula y 15, de otras personas.
Casi un año después, el tejido cicatrizado se había reducido casi un tercio. Los pacientes de ambos grupos mostraron mejoría en cuanto a la distancia que podían caminar y en su calidad de vida.
No hubo diferencia importante en la medición de la eficacia del bombeo de sangre de los corazones de los pacientes que recibieron las células madre.
Sin embargo, los médicos expresaron confianza en que los pacientes continúen mejorando conforme pase el tiempo o que se logren mejores resultados a medida que se perfeccione el tratamiento.
noviembre 6/2012 (AP)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Joshua M. Hare, Joel E. Fishman, Gary Gerstenblith, Juan P. Zambrano, Viky Y. Suncion, Melissa Tracy. Comparison of Allogeneic vs Autologous Bone Marrow–Derived Mesenchymal Stem Cells Delivered by Transendocardial Injection in Patients With Ischemic CardiomyopathyThe POSEIDON Randomized Trial FREE ONLINE FIRST. JAMA. 2012;():1-11.Nov 6, 2012

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Un estudio noruego sugiere que las personas con problemas de sueño tienen de 27 a 45% más probabilidades de sufrir un infarto cardiaco.
Cerca de un tercio de las personas reportan tener problemas para dormir y deben acudir a su médico en busca de ayuda, indicaron los autores del estudio publicado en Circulation, una revista de la American Heart Association, la prestigiosa asociación de cardiólogos de Estados Unidos.
«Los problemas del sueño son frecuentes y bastante fáciles de tratar», dijo Lars Erik Laugsand, principal investigador del Departamento de Salud Pública de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim.
«Por eso es importante que la gente sea consciente de esta relación entre el insomnio y los infartos cardiacos y hable con su médico si está teniendo síntomas».
Los datos provienen de 52 610 adultos noruegos que respondieron a una encuesta nacional acerca de sus síntomas de insomnio entre 1995 y 1997.
Durante los siguientes 11 años, los investigadores identificaron a 2368 personas que habían tenido su primer infarto cardiaco, a través de documentos hospitalarios y del registro nacional noruego sobre causas de muerte.
Después de ajustar factores como edad, sexo, estado civil, nivel educativo, presión arterial, colesterol, diabetes, peso, ejercicio, turno de trabajo, depresión y ansiedad, los investigadores encontraron el mayor aumento del riesgo entre quienes tenían más problemas para dormir.
Cuando se compararon los datos de personas que dijeron que por lo general dormían bien con los de personas que declararon tener problemas para conciliar el sueño casi a diario en el transcurso del último mes, observaron un riesgo 45% mayor de infarto en el segundo grupo.
Los que dijeron que podían conciliar el sueño pero no permanecer dormidos toda la noche mostraron un riesgo 30% más alto de infarto cardiaco que el grupo que dormía bien.
Y aquellos que dijeron que no se despertaban sintiéndose renovados mostraron un riesgo 27% más alto.
Aunque los investigadores advirtieron que los patrones de sueño pueden variar de una población a otra, un vínculo similar entre el insomnio y las enfermedades cardiovasculares ya había sido sugerido en un estudio en Estados Unidos.
Octubre 24/2011 Washington, (AFP).

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