envejecimiento celular

La senescencia es un mecanismo celular clave para prevenir la expansión de las células cancerígenas.

Un estudio que se publica en The Journal of Cell Biology ha identificado un marcador precoz de las células senescentes que podría tener implicaciones relevantes para la supresión tumoral y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la progeria.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts han descubierto que el ADN satélite de los centrómeros humanos y murinos abandona su forma compacta a medida que las células entran en senescencia. Y esta distensión ocurre independientemente de cómo se induzca la senescencia.
diciembre 18/2013 (Diario Médico)

Eric C. Swanson, Benjamin Manning,  Hong Zhang, Jeanne B. Lawrence. Higher-order unfolding of satellite heterochromatin is a consistent and early event in cell senescence. J Cell Biol 2013, doi:10.1083/jcb.201306073.

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Investigadores franceses lograron devolver juventud a células de donantes de más de 100 años, mediante un procedimiento de reprogramación. Un hallazgo revolucionario que podría detener el tiempo retomando un informe publicado por la revista especializada Genes & Development, el diario Le Monde anuncia un descubrimiento de consecuencias impactantes para la medicina regenerativa y que además refuta la idea de que el envejecimiento es irreversible.
Jean-Marc Lemaitre, responsable de esta investigación, pertenece al Institut de Génomique Fonctionnelle de la Universidad de Montpellier. Para él, esto constituye una nueva etapa en la medicina regenerativa para corregir enfermedades además de que permitirá entender mejor el envejecimiento y revertir sus aspectos patológicos.
Las células de los donantes mayores fueron reprogramadas in vitro como células madre pluripotentes (con varias potencialidades) y así recuperaron su juventud y las características de las células madre embrionarias. Después de este rejuvenecimiento en laboratorio, estas células pueden diferenciarse nuevamente en neuronas, células cardíacas, de piel, de hígado, etcétera.
Desde el año 2007 estaba probado que las células adultas humanas podían ser reprogramadas como células madre pluripotentes con propiedades similares a las de las embrionarias. Esta reprogramación a partir de células de personas adultas evita las objeciones éticas al uso de células embionarias. Pero hasta ahora había chocado con un obstáculo, la senescencia, es decir, el punto último del envejecimiento celular. Ese es el límite que el equipo de Lemaitre ha logrado superar.
«La edad de las células ya no es más una barrera para la reprogramación», afirmó éste. La investigación del equipo que dirigió permitirá el uso de estas células reprogramadas -altamente tolerables por el sistema inmunológico- para reparar órganos o tejidos dañados de pacientes de edad avanzada.
Noviembre 6/2011 (Diario Salud)

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