enfermedad de Graves

Un estudio en el que han colaborado la Fundación de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol y el Hospital Valle de Hebrón ha identificado una variante genética del receptor TCHR que está ligada a la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad de Graves.
El polimorfismo rs179247 se asocia a la susceptibilidad de desarrollar la enfermedad de Graves, según se desprende de los resultados de un trabajo en el que han colaborado Roger Colobrán, investigador posdoctoral del Laboratorio de Inmunobiología para la Investigación y Aplicaciones Diagnósticas del Banco de Sangre y Tejidos (BST) y la Fundación Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol, y Ricardo Pujol-Borrell, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Valle de Hebrón, de Barcelona.
El trabajo, publicado en Human Molecular Genetics, se ha realizado mediante el análisis de la frecuencia de 54 polimorfismos en un grupo de 137 pacientes con enfermedad de Graves y 192 controles sanos, y se han identificado diez variantes asociadas a esta patología. «De hecho son diez polimorfismos, pero todos están en la misma zona del gen que es la que va desde el promotor hasta el intrón 1. Además, estas variantes tenían un cierto desequilibrio del ligamiento».
De estas variantes, el polimorfismo rs179247, localizado en el intrón 1 del gen TCHR, es el que apareció con mayor frecuencia en el análisis, por lo que se considera que es el que tiene mayor relevancia en el desarrollo de la enfermedad de Graves. Un grupo de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) que también trabaja en este campo ha publicado recientemente en la misma revista científica otro estudio similar con muestras de unos 700 pacientes que ha encontrado el mismo polimorfismo, lo que refuerza la teoría de que esta variante genética desempeña un papel importante en el desarrollo de la patología.
Una de las conclusiones más importantes que deja sobre la mesa este trabajo, además de confirmar la asociación genética, es que aporta pistas valiosas para entender el mecanismo genético que puede influir en la susceptibilidad, además de que pone de relieve el papel que desempeña el timo, ya que el efecto del polimorfismo no actúa en el órgano diana de la enfermedad de Graves, que es la tiroides, sino que ocurre en el timo.
La enfermedad de Graves se caracteriza por la presencia de anticuerpos específicos contra el receptor de la hormona TCH, que secreta la hipófisis y que actúa sobre las células de la tiroides que tienen el receptor específico TCHr. Se trata de una enfermedad auto inmune, ya que el sistema inmunitario genera unos anticuerpos contra este receptor que al unirse ejercen una función análoga a la de la hormona y también estimulan a la tiroides, lo que desencadena el proceso de hiperactividad.
Los linfocitos T que se desarrollan en el timo pasan por un proceso de tolerancia por medio de la expresión promiscua de genes y aquéllos que reconocen estructuras propias son eliminados. Al final, sólo un 5 % de ellos superan todo el proceso y permanecen en el organismo. En la segunda parte del trabajo, los científicos analizaron glándulas tímicas de donantes sanos y las clasificaron según el genotipo del polimorfismo rs179247.
Los resultados del estudio genético indicaron que la adenina (A) era el alelo de riesgo, mientras que la guanina (G) era el protector, por lo que las muestras de timo se clasificaron en homocigotos AA, GG o heterocigotos AG, y se partió de la hipótesis de que el proceso de «aprendizaje» de las células T que se da en el timo podría no funcionar bien en los pacientes con la enfermedad de Graves. «Pensamos que podría haber variantes genéticas que provocaran que este gen se expresara poco en el timo y los linfocitos tuvieran dificultad para verlo, por lo que podrían ser no eliminados, salir a la circulación exterior y acabar causando la enfermedad», ha indicado el investigador.
Los resultados demostraron que en los timos que tenían el genotipo de riesgo (AA) el gen se expresaba menos, mientras que en los que tenían el de protección (GG) el gen se expresaba más y los heterocigotos (AG o GA) expresaban niveles intermedios, lo que refuerza la teoría inicial de este grupo de investigación.Junio 23/2011 (Diario Médico).

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