contaminación

La contaminación plástica, que se hace cada vez más patente en la tierra, el agua y el aire, se ha hecho detectable también en órganos y tejidos humanos en forma de micro y nanoplásticos. “Hay evidencia de que el plástico se está abriendo camino en nuestros cuerpos, pero muy pocos estudios lo han buscado allí. Y en este punto, no sabemos si este plástico es solo una molestia o si representa un peligro para la salud humana”, explica Charles Rolsky, que ha presentado un estudio al respecto en la Reunión y Exposición Virtual de Otoño de 2020 de la American Chemical Society (ACS). Ampliar…

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer ha anunciado que ha clasificado la contaminación del aire como carcinógeno para los humanos, subiendo en su escala estándar hasta el grupo 1.

Ya no hay duda. Respirar aire contaminado produce, al menos potencialmente, cáncer. Así lo ha hecho público la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo especializado de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Después de una revisión de la literatura científica más reciente, los principales expertos del mundo –convocados por el programa de monografías de la IARC– concluyeron que existen pruebas suficientes de que la exposición a la contaminación del aire causa cáncer de pulmón.

«Existen pruebas suficientes de que la exposición a la contaminación del aire causa cáncer de pulmón»

Los investigadores también observaron una asociación positiva con un mayor riesgo de cáncer de vejiga. De la misma forma, el material particulado o partículas en suspensión –un componente importante de la contaminación del aire– se evaluó por separado y fue clasificado igualmente como carcinógeno para los humanos.

Los resultados, que saldrán publicados en la revista The Lancet Oncology (doi:10.1016/S1470-2045(13)70487-X), se basan en la revisión independiente de más de 1000 artículos científicos que incluyen muestras de millones de personas realizados en los cinco continentes.

«Clasificar la contaminación del aire como cancerígena para los seres humanos es un paso importante», subraya Christopher Wild, director de la IARC. «Hay maneras eficaces de reducir la contaminación del aire y, dada la magnitud de la exposición global, este informe debería enviar un mensaje contundente a la comunidad internacional para tomar medidas sin más retraso».

La evaluación de los científicos reclutados por la IARC revela una relación directa entre cáncer y contaminación, es decir, que a mayor exposición a partículas y contaminación atmosférica, mayor riesgo de cáncer de pulmón.

El informe presentado , que sitúa al aire contaminado en el grupo 1 (carcinógeno para el ser humano) de la escala estándar de la IARC, deja claro que aunque la composición de la contaminación del aire y los niveles de exposición puede variar enormemente de un lugar a otro, estas conclusiones pueden aplicarse a todas las regiones del mundo.

«El aire que respiramos se ha contaminado con una mezcla de sustancias que causan cáncer», subraya Kurt Straif, director de la sección de Monografías de la IARC. «Ahora sabemos que la contaminación del aire no solo es un riesgo importante para la salud en general, sino que también es una de las principales causas de muerte por cáncer debido a una causa ambiental».

En los últimos años los niveles de exposición han aumentado significativamente en algunas partes del mundo

Un importante problema de salud

No es nuevo que la contaminación del aire aumenta el riesgo de diversas enfermedades respiratorias y del corazón. Además, los estudios indican que en los últimos años los niveles de exposición han aumentado significativamente en algunas partes del mundo, sobre todo en países de rápida industrialización con grandes poblaciones.

Los datos más recientes, publicados por la propia IARC, indican que solo en 2010, 223 000 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo se debieron a la contaminación del aire.

Las principales fuentes de contaminación del aire son el transporte, la generación de energía estacionaria, las emisiones industriales y agrícolas, y las que se desprenden de la calefacción y la cocina. Por supuesto, también existen fuentes naturales para algunos contaminantes del aire.
octubre 17/2013 (SINC)

Dana Loomis , Yann Grosse , Béatrice Lauby-Secretan , Fatiha El Ghissassi , Véronique Bouvard , Lamia Benbrahim-Tallaa .The carcinogenicity of outdoor air pollution.The Lancet Oncology, Volume 14, Issue 13, Pages 1262 – 1263,  24 Oct 2013

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Se estima que alrededor de dos millones de personas mueren cada año como consecuencia directa de la contaminación atmosférica de origen humano, según los investigadores de un estudio publicado en Environmental Research Letters.

Los expertos estiman que alrededor de 2,1 millones de muertes son causadas cada año por el aumento de partículas PM2.5, pequeñas partículas suspendidas en el aire, que pueden penetrar profundamente hasta los alvéolos.

Normalmente se cree que el cambio climático puede agravar los efectos de la contaminación atmosférica e incrementar las tasas de mortalidad, pero el estudio demuestra que esto solo es un efecto mínimo que representa a una pequeña parte de las muertes actuales relacionados con la contaminación atmosférica.

El coautor del estudio, Jason West, de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos), ha dicho: «Los resultados del estudio confirman que la contaminación atmosférica es uno de los factores de riesgo ambientales más importantes y perjudiciales para la salud. Muchas de estas muertes se producen en Asia oriental y Asia meridional, donde la población es alta y la contaminación atmosférica es significativa».

Según el estudio, el número de estas muertes que pueden atribuirse a cambios en el clima desde la era industrial es relativamente pequeño. Se estima que el cambio climático produce unas 1500 muertes debido al ozono y 2200 muertes se relacionan con las PM2.5.

Los investigadores utilizaron un conjunto de 14 modelos climáticos para simular las concentraciones de ozono y seis para las PM2.5. También se utilizaron otros estudios epidemiológicos anteriores para evaluar cómo las concentraciones específicas de la contaminación atmosférica los modelos del clima se relacionan con las tasas de mortalidad global actual.
Julio 14/2013 (Diario Médico)

Perrone MG, Gualtieri M, Consonni V, Ferrero L, Sangiorgi G, Longhin E, Ballabio D, Bolzacchini E, Camatini M. Particle size, chemical composition, seasons of the year and urban, rural or remote site origins as determinants of biological effects of particulate matter on pulmonary cells. Environ Pollut. 2013, doi: 10.1016/j.envpol.2013.01.012.

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Más de 2 millones de personas mueren cada año  en el mundo a causa de enfermedades causadas por la contaminación del aire,  según un estudio publicado recientemente por la Organización Mundial de la  Salud (OMS).
De esos 2 millones, 1,3 millones mueren a causa de la contaminación en las  ciudades, que afecta tanto a los países desarrollados como a los país pobres, las principales fuentes de combustión son: las centrales eléctricas y los vehículos motorizados.
Para la doctora Neira, si los países «controlan y administran el medio  ambiente correctamente, podemos reducir considerablemente la cantidad de  personas que sufren enfermedades respiratorias, cardiacas y de cáncer del  pulmón».
«Muchos países carecen de reglamentación sobre la calidad del aire y cuando  tienen, las normas nacionales y su aplicación varían considerablemente», agregó.
Las primeras causas de la contaminación de aire son los medios de  transporte, la industria, la utilización de biomasa o de carbón en las cocinas  y en la calefacción, así como las centrales eléctricas que funcionan con carbón.
Según la OMS, los efectos más graves de la contaminación del aire se  observan en las personas que ya están enfermas, los niños y las personas de  más edad.
Para luchar contra la contaminación del aire, la OMS recomienda el  desarrollo de los transportes públicos, la promoción de la marcha y la  bicicleta, así como la construcción de centrales que utilizan combustibles  distintos al carbón.
La compilación de datos publicada por la OMS es sin embargo incompleta,  reveló la organización internacional, pues carece de las cifras de muchos  países, como Rusia y algunos países africanos. Septiembre 26/2011 (AFP)

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La contaminación del aire produce más ataques al corazón que el consumo de cocaína e implica un riesgo cardíaco tan alto como el alcohol, el café y el esfuerzo físico, informaron científicos el jueves.
El sexo, la ira, el consumo de marihuana y las infecciones respiratorias o torácicas también pueden disparar ataques cardíacos de diferente tenor, dijeron investigadores, pero la contaminación del aire -particularmente por el tráfico- es el mayor culpable.
Los hallazgos, publicados en la revista The Lancet en la edición del 24 de febrero, sugieren que factores como la contaminación del aire deberían tomarse más seriamente cuando se consideran los riesgos cardíacos y deberían ponerse en contexto junto con riesgos mayores pero relativamente más raros como el uso de drogas.
Tim Nawrot de la Universidad de Hasselt en Bélgica, quien dirigió el estudio, señaló que espera que sus hallazgos también alienten a los médicos a pensar con más frecuencia sobre los riesgos al nivel poblacional.
«Los médicos siempre están viendo pacientes individuales y los factores bajos de riesgo no parecerían tan importantes a nivel individual, pero si son prevalentes en la población, entonces tienen una mayor relevancia en la salud pública», indicó Nawrot en la entrevista telefónica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la contaminación del aire como «un riesgo ambiental importante para la salud» y estima que causa anualmente alrededor de dos millones de muertes prematuras en todo el mundo.
El equipo de Nawrot combinó datos de 36 estudios separados y calculó el riesgo relativo por una serie de disparadores de ataque cardíaco y la proporción total de infartos que causaría cada uno de ellos.
El que generó una mayor proporción fue el tráfico, seguido del esfuerzo físico, el alcohol, el café, la contaminación del aire y luego la ira, el sexo, el consumo de cocaína, de marihuana y las infecciones respiratorias.
«De los disparadores de ataque cardíaco estudiados, la cocaína es el más propenso a generar un episodio individual, pero el tráfico tiene el mayor efecto poblacional dado que más personas están expuestas a él», escribieron los investigadores. Londres, febrero 24/2011 (Reuters)

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