cáncer testicular

La renuencia a realizarse un examen retrasa un diagnóstico oportuno de cáncer testicular.  Entre cuatro y seis meses tarda en promedio un hombre para acudir a consulta médica, luego de detectar un síntoma de cáncer en testículos, situación que podría acortar dramáticamente su vida, manifestó el especialista del IMSS en Jalisco, Érick Sierra Díaz.

Aún con toda la información que existe actualmente sobre la enfermedad, los varones se resisten a recibir asesoría especializada hasta que el cambio en su fisionomía es muy dramático, comentó.

Existen diversas clases de tumores, unos tan agresivos que podrían extenderse a los ganglios linfáticos o a los pulmones en cuestión de semanas, mencionó.

«En algunos casos el testículo crece y se pone duro como si fuera una piedra, es muy raro que se afecten los dos ya que sucede en menos de 2 % de los casos, el paciente nota además cambio de color en la piel, crecimiento de tejidos e inflamación en la zona, y el grupo de mayor riesgo se concentra entre los 20 y los 45 años de edad».

Los varones que no tuvieron un adecuado descenso testicular desde el nacimiento tienen 20 veces más probabilidades de desarrollar cáncer, por lo que sin importar que se hayan realizado una cirugía correctiva a temprana edad, deben acudir a revisión médica constantemente, y buscar un diagnóstico oportuno que proteja su vida, indicó.

«Nos preocupa porque es el tipo de cáncer más común en hombres jóvenes y puede ser letal, son muy raros los casos en adolescentes menores de 15 años y en adultos mayores que pasan de los 60 años de edad, a veces no son los varones sino sus parejas quienes detectan una anomalía, pero ellos no acuden al médico inmediatamente».

Aconsejó a los hombres realizarse una exploración constante y visitar al médico familiar en caso de presentar algún síntoma que afecte la zona genital.

Las precauciones deben aumentar si existen antecedentes familiares de cáncer o de problemas en el desarrollo de los testículos, manifestó.

«En el IMSS contamos con todos los recursos necesarios para tratar cualquier tipo de tumor maligno en dicha área anatómica, así como los tratamientos posteriores que se requieran», apuntó.

junio 22/ 2015 (Notimex).-

Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

La supervivencia es bastante alta y los porcentajes son entre el 98 y el 100% de curación cuando se detecta en estadios iniciales y del 60% en aquellos con peor pronóstico.
El cáncer de testículos es el único tumor en el que el tamaño «no está directamente relacionado con su agresividad», según pone de manifiesto el presidente de la Asociación Española de Urología (AEU), Dr. Humberto Villavicencio. «El tamaño del tumor no implica en absoluto su grado de agresividad, ya que puede haber un tumor de un centímetro y estar totalmente diseminado y encontrarnos, por el contrario, tumores de 5 centímetros que están localizado solo en el testículo», asegura el Dr. Villavicencio. Sin embargo, y dada la rapidez con la que se multiplican sus células, se trata de un tumor bastante agresivo y, aunque su primera zona de localización suele ser el retroperitoneo también puede llegar a afectar al pulmón, al hígado y excepcionalmente al cerebro y huesos. Por ello, los expertos coinciden en destacar la importancia del diagnóstico precoz como arma fundamental para la lucha contra el tumor y piden que se enseñe a los niños a palparse en los colegios para poder identificar este cáncer. El primer síntoma es un bulto duro del tamaño de un garbanzo, que normalmente no es doloroso al tacto. «Ante la aparición de un bulto asintomático, es decir, que no responda a un golpe y que no se acompaña de fiebre o dolor, se debe acudir al médico para asegurarse de que no se trata de un tumor», aconseja el Dr. Villavicencio. Asimismo y a pesar de su agresividad, es uno de los cánceres que más se ha beneficiado de los avances de la quimioterapia. Gracias a ello, la supervivencia del tumor es alta. El cáncer de testículos es el tumor más frecuente en los hombres entre los 14 y 45 años. Aunque sus tasas de incidencia son bajas, en España se diagnostican entre 2 y 3 nuevos casos por cada 100 000 habitantes al año.
Mayo 12/2011 (JANO)

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Científicos británicos hallaron tres nuevos factores de riesgo genético para el cáncer testicular, la forma más común de la enfermedad en los hombres jóvenes, y dijeron que sus resultados pueden ayudar a mejorar los tratamientos y el diagnóstico.
Un equipo liderado por el Instituto de Investigación del Cáncer (ICR) analizó los mapas genéticos de alrededor de 6000 hombres, algunos de los cuales tenían cáncer de testículo, y detectó que tres variantes genéticas eran significativamente comunes en los pacientes con cáncer.
“Los genes ubicados en estas (tres) regiones nos dan claves de los mecanismos por los cuales se desarrolla el cáncer testicular”, dijo Nazneen Rahman, profesora de ICR que trabajó en el estudio. “Con el tiempo, esto nos permitirá desarrollar nuevas opciones de tratamiento”, agregó.
Los investigadores confirman sus resultados analizando a otros 670 pacientes con el cáncer y a 3500 hombres sin la enfermedad.
Los resultados elevan el número de regiones genéticas asociadas con el riesgo de cáncer testicular a seis, después de que estudios previos identificaron otros.
“Este estudio representa un nuevo e importante progreso en la identificación de los hombres que están en un mayor riesgo genético de desarrollar cáncer testicular”, dijo Clare Turnbull, líder del estudio.
“Encontrar a los hombres con mayor riesgo nos permitiría lograr un diagnóstico temprano o la prevención de la enfermedad”, añadió.
El cáncer de testículo es el tipo más común de la enfermedad en hombres con edades entre 15 y 45 años. Es considerado uno de los más tratables porque generalmente responde bien a la quimioterapia, pero los sobrevivientes a menudo tienen problemas de fertilidad después del tratamiento.
La enfermedad tiene un fuerte componente genético y los hombres que tienen un hermano afectado por cáncer testicular tienen un riesgo de ocho a diez veces mayor de desarrollar la enfermedad que los hombres sin antecedentes familiares.
Los tres genes identificados los científicos británicos se llaman TERT, ATF7IP y DMRT1.
Turnbull y su equipo explicaron que el TERT y el ATF7IP fueron importantes para mantener el largo correcto de los extremos de los cromosomas, denominados telómeros.
Los telómeros acortados son un rasgo conocido de varios tipos de cánceres y las variaciones en el gen TERT ya han sido asociadas con otros cánceres, como el de pulmón, vejiga, cervicouterino, páncreas, piel y próstata.
El tercer gen detectado en el estudio, DMRT1, tiene un rol importante en la determinación del sexo y estuvo implicado en el desarrollo del cáncer testicular en ratones.
Londres, junio 14 (Reuters)

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