cáncer colorrectal

La sección «Caso del Mes – Septiembre 2019» de la Sociedad Española de Anatomía Patológica presenta el caso de una mujer de 85 años con antecedentes personales de enfermedad renal crónica estadio III-IV e hipertensión. Acude al Servicio de Urgencias por dolor abdominal de 8 días de evolución que ha empeorado en las últimas 24 horas. El dolor comenzó en fosa iliaca derecha y posteriormente se irradió a todo el abdomen. Ampliar…

sistemas de órganosAunque los tumores neuroendocrinos rectales son neoplasias poco frecuentes, su incidencia está aumentando en las tres últimas décadas. El objetivo de este trabajo es el estudio del comportamiento de dichos tumores basándonos en sus variables clínicas, diagnósticas, terapéuticas y anatomopatológicas en un hospital terciario. Ampliar…

Los microorganismos de la microbiota intestinal podrían jugar un papel importante en el desarrollo de cáncer colorrectal, según revela un estudio que se publica en «The Journal of Experimental Medicine».

Sergio Lira y su equipo de la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York, partieron de la constatación previa de que la genética no lo explica todo en este tipo de tumores.

En el nuevo estudio, trataron a ratones con antibióticos para destruir su microbiota. Este tratamiento previno la formación de pólipos, lo que demostraría que las bacterias son esenciales para el desarrollo tumoral inicial en este modelo murino.

Los autores creen que los microorganismos podrían atravesar el intestino hacia el tejido de la pared intestinal, induciendo la inflamación que promueve el crecimiento tumoral.
marzo 4/2014 (Diario Médico)

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Un simple análisis de la respiración podría ser utilizado para la detección del cáncer colorrectal, según una investigación publicada en British Journal of Surgery. Esto es posible porque el tejido canceroso tiene un metabolismo diferente en comparación con las células sanas normales y produce algunas sustancias que pueden detectarse en el aliento de estos pacientes. Dirigidos por Donato F. Altomare, del Departamento de Trasplantes de Órganos de Emergencia y en la Universidad de Aldo Moro de Bari (Italia), los investigadores recolectaron aire exhalado de 37 pacientes con cáncer colorrectal y 41 controles sanos para evaluar su perfil de compuestos orgánicos volátiles (COV). Para identificar el patrón de los COV que mejor diferencia los dos grupos, se utilizó una red neuronal probabilística (PNN).
Los resultados mostraron que los pacientes con cáncer colorrectal tienen un patrón diferente de COV selectivo en comparación con los controles sanos, basados en el análisis de 15 de los 58 compuestos específicos en muestras de aire espirado. La PNN en este estudio fue capaz de discriminar a los pacientes con cáncer colorrectal con una precisión de más del 75 %.
«La técnica de muestreo de la respiración es muy fácil y no invasiva, aunque el método se encuentra aún en la fase temprana de desarrollo -señala Altomare. Los resultados de nuestro estudio proporcionan apoyo adicional para dar valor a las pruebas de aliento como una herramienta de detección del cáncer colorrectal».
diciembre 10/2012 (Diario Salud)
D. F. Altomare, M. Di Lena, F. Porcelli, L. Trizio, E. Travaglio, M. Tutino, et. al. Exhaled volatile organic compounds identify patients with colorectal cancer. British Journal of Surgery 2012, DOI: 10.1002/bjs.8942.

La hiperglicemia está asociada con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, según un estudio dirigido por investigadores del Albert Einstein College of Medicine, de la Universidad de Yeshiva, en Estados Unidos. Los resultados, basados en una muestra de cerca de 5000 mujeres posmenopáusicas, fueron publicados en el British Journal of Cancer. Según la Sociedad Americana del Cáncer, el cáncer colorrectal es el tercero más diagnosticado y la tercera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres en los Estados Unidos. Las estadísticas compiladas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en el 2007 (el año más reciente para el cual hay cifras disponibles) muestran que 142 672 estadounidenses son diagnosticados con cáncer colorrectal anualmente. La nueva investigación involucró a mujeres inscritas en un estudio sobre cáncer y salud del Instituto Nacional de Salud, a las que se midieron sus niveles de azúcar en sangre en ayunas y los niveles de insulina al inicio del estudio, y luego varias veces más durante los siguientes 12 años. Al final del período de 12 años, 81 mujeres habían desarrollado cáncer colorrectal. Los investigadores observaron que los niveles elevados de glucosa en la línea de base fueron asociados con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, y que las mujeres agrupadas en el tercio más alto de los niveles de glucosa en la línea de base tuvieron casi el doble de probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal que las mujeres en el tercio más bajo. Los resultados fueron similares cuando los científicos examinaron los niveles de glucosa en el tiempo. Por otro lado, no se encontró asociación entre los niveles de insulina y el riesgo de cáncer colorrectal. La obesidad, que suele ir acompañada de niveles elevados de insulina y glucosa, es un factor de riesgo conocido para el cáncer colorrectal; los investigadores daban por seguro que la obesidad influía en el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer debido a los niveles elevados de insulina que produce. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que el impacto de la obesidad en este tipo de cáncer puede ser debido a niveles elevados de glucosa. «El próximo reto es encontrar el mecanismo por el cual los niveles crónicamente elevados de glucosa pueden conducir al cáncer colorrectal», afirma el doctor Geoffrey Kabat, epidemiólogo y autor principal del artículo, quien agrega que «es posible que los niveles elevados de glucosa estén vinculados a factores de crecimiento y factores inflamatorios que estimulen el crecimiento de pólipos intestinales, algunos de los cuales más tarde se convierten en cáncer».
Diciembre 4/2011 (JANO.es)

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Una bacteria causante de caries y úlceras dérmicas, está asociada al desarrollo de tumores de colon y recto, afirman investigadores en un estudio publicado en la revista Genome Research. Se trata de la Fusobacterium, vinculada a la colitis ulcerosa, un trastorno considerado factor de riesgo en ambas neoplasias, destacan los autores. Estudios previos vinculan la inflamación provocada por la bacteria Helicobacter pylori a tumores gástricos. De ahí la importancia de estudiar la influencia de otras especies de microbios en ambos tipos de cáncer, explican en su artículo. Como parte de los ensayos, los investigadores identificaron la Fusobacterium en el ARN para tumores cancerosos de colon y lo compararon con esa secuencia de aminoácidos de tejido normal de colon. Para Robert Holt, autor principal, este hallazgo es de vital importancia, pues la vinculación de esa bacteria a ambas neoplasias podrá conducir a tratamientos profilácticos contra su desarrollo, destacó el científico del Instituto de Cáncer Dana-Farber en Estados Unidos. Del grupo de bacterias Gram negativas, anaerobias y de aspecto filamentoso, la Fusobacterium constituye uno de los principales tipos de flora del aparato digestivo en humanos y se encuentran en muchas partes del tracto gastrointestinal.
Octubre 18/2011 Washington, (PL)

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Investigadores del Dana-Farber Cancer Institute en Boston,Estados Unidos, han identificado un marcador biológico de mayor supervivencia en pacientes obesos con cáncer colorrectal, según publican en JAMA.
Entre los pacientes obesos, la activación de la proteína CTNNB1 se asoció a una mayor supervivencia al cáncer colorrectal y a una mejor supervivencia global. Además, se descubrió que una mayor actividad física tras el diagnóstico del cáncer se asociaba a una mejor supervivencia en pacientes negativos al marcador.
Los autores explican que la activación del mecanismo de señalización WNT, red de proteínas conocida por su implicación en el cáncer, y la proteína beta-1 asociada a la cadherina (CTNNB1, una betacatenina) juegan un importante papel en la carcinogénesis colorrectal. Las evidencias indican un papel del mecanismo WNT-CTNNB1 en la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Los investigadores, dirigidos por Teppei Morikawa, examinaron si la activación de CTNNB1 en el cáncer colorrectal modificaba las asociaciones de pronóstico del índice de masa corporal (IMC) y el nivel de actividad física posterior al diagnóstico.
El estudio incluyó datos de dos estudios prospectivos estadounidenses realizados entre enfermeras y profesionales de la salud para evaluar el CTNNB1 entre 955 pacientes con fases I, II, III o IV de cáncer colorrectal y colon entre 1980 y 2004. Los autores utilizaron un modelo para computar el riesgo de mortalidad, ajustándolo a las características clínicas y del tumor.
El análisis indicó que existía un efecto modificador del IMC. En los pacientes obesos con un IMC de 30 o superior el estatus positivo para la CTNNB1 se asoció con una mayor supervivencia al cáncer y general. En contraste, entre los pacientes no obesos, el estatus positivo para la CTNNB1 no se asoció a la supervivencia.
Los autores también descubrieron que en los pacientes con estatus negativo para el marcador, el nivel elevado de actividad física tras el diagnóstico se asociaba con una mayor supervivencia al cáncer. Sin embargo, en los pacientes con este estatus positivo para CTNNB1, la actividad física no se asoció con la supervivencia.
Concluyen que los resultados proporcionan evidencias de un posible efecto interactivo del mecanismo de señalización CTNNB1 del tumor y el estatus de equilibrio energético del paciente en la determinación de la conducta de las células tumorales. Los datos apoyan la hipótesis de que la progresión de un tumor con un mecanismo de señalización WNT-CTNNB1 inactivo podría verse influida por el consumo y gasto energético, mientras que un tumor con el mecanismo activo podría progresar de forma independiente a este equilibrio energético.
La conclusión es que el estatus CTNNB1 del tumor podría utilizarse en la práctica clínica como un indicador de la respuesta a la actividad física. Dado que la actividad física es un factor modificable del estilo de vida, los datos podrían tener implicaciones clínicas importantes, concluyen los autores.
Abril 27, 2011 Jano

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